WhatsApp y las cincuenta de Grey (La gestión del ahora II)

La gestión del ahoraWhatsApp y las cincuenta sombras de Grey han conseguido algo que la biblioteca perseguía pero no lograba: llevar la tecnología y la lectura a ámbitos y grupos de usuarios impensables hasta hace poco. La trilogía propició que muchos «no usuarios» se acercasen a las bibliotecas a por un libro que les habían recomendado en la calle; el whatsApp que la proporción de usuarios de biblioteca con smartphone sea muy elevada y que incluso nosotros sepamos cómo funciona. El whatsApp ha mutado el teléfono del abuelo en el smartphone de mi suegra; el erotismo ha convertido el libro en objeto de deseo. Creo que ninguna de nuestras campañas ha conseguido reducir la brecha digital y fomentar el interés por el libro con tanto éxito ¿por qué no aprovechar la coyuntura?

Una persona se acerca al mostrador de la biblioteca en busca de información;  sabes que nos puede preguntar cualquier cosa: la disponibilidad de un libro, el horario de autobuses o dónde encontrar una imagen de un elefante azul para los deberes del cole. Trabajamos delante de un terminal con acceso a internet, lo habitual es que busquemos respuestas a través de la pantalla. Al preguntar a los colegas si la situación es cotidiana en sus bibliotecas todos asienten; cuando me intereso  en cómo transmiten la respuesta las opciones van desde la voz hasta escribir en un papel o imprimir un pantallazo…¿Sábes qué echo en falta? Alguien que apunte la posibilidad de enviar la respuesta al momento y directamente al bolsillo de quién nos solicita la información. Y ya puestos, si el usuario quiere que le ayudemos, ¿por qué no invitarle a comunicarse con nosotros como lo haría con sus amigos?, ¿por qué no ofrecerle nuestra ayuda sin hacerle venir a la biblioteca, sin tener que dejar de hacer lo que tiene entre manos, en la certeza de que en el mismo momento en que tengamos lo que necesita le llegarà el aviso?, ¿por qué no aprovechar que la mayoría tenemos un nuevo canal de comunicación en el bolsillo que, ahora sí, sabemos usar?. Las formas de comunicación cotidianas e informales son necesarias en una biblioteca que quiera conectar con sus usuarios.

La referencia es una de nuestras especialidades, un servicio que podemos adaptar a los nuevos canales de comunicación con mucha facilidad.  Y si ayer, en los inicios de internet, mejoramos ese servicio de referencia con el correo electrónico y posteriormente con el chat, hoy podemos hacerlo con el whatsApp. Ser receptivos a la omnicanalidad nos permite  personalizar el servicio, nos da la oportunidad de fidelizar, de «poner en valor» nuestra actividad. Nos preocupa el futuro y hacemos cábalas sobre cómo afrontarlo; desconocemos cuáles serán las  posibilidades y las herramientas que tendremos mañana, pero hoy ya sabemos que tanto el número de personas  permanente conectadas como el consumo de datos en movilidad va en aumento así que, mientras llega el futuro, parece fácil adaptar y mejorar nuestro presente aprovechando ese teléfono que no falta casi en ningún bolsillo, ¿no te parece?

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