¿Somos prescindibles?

chart¿Tenemos sitio en la Sociedad de la Información? Parece que el otoño es un buen momento para reflexionar sobre las bibliotecas y sus profesionales. Se suceden las jornadas sobre lo que nos depara la despapelización del libro y su impacto en los, al parecer, devaluados espacios bibliotecarios; se ha celebrado el congreso de públicas, los colegas de las universidades le dan vueltas a si somos CM, en el Sedic organizan unas jornadas sobre el papel de los profesionales en los nuevos mercados informacionales, y a nada que nos demos una vuelta por internet encontraremos una variada oferta para repensarnos.

Sí, todo muy Sociedad de la Información.

Nuestros colegas chilenos prefieren la primavera para sus reflexiones. En periodos de crisis, cuando las autoridades deben poner en la balanza qué servicios mantener y cuáles recortar, las bibliotecas públicas tiemblan. Y el terremoto les ha hecho descender a un terreno más primario, el de las prioridades, el de la supervivencia como servicio. Y se preguntan si un país puede prescindir de sus bibliotecas públicas…

Sí, algo que creíamos superado, muy Sociedad industrial, (la de las infraestructuras, los presupuestos y los puestos de trabajo) para recordarnos nuestra precariedad.

Siendo grave nuestra crisis económica, siendo muy grave la precariedad en la que están muchas de las infraestructuras tras un terremoto, estoy, sin embargo, optimista. Un optimismo que no reside en la esperanza de una legislación que no llega sino en la capacidad que, ahora sí, tenemos para hacernos más visibles. Poco a poco estamos comprendiendo que nuestra razón de ser son las personas  y su relación con la información; si hay un colectivo que haya demostrado que es capaz de “conversar” somos nosotros, si hay una institución que esté interiorizando las nuevas reglas de la generación, almacenamiento y difusión de la información esa es la biblioteca.

Seguir imaginando servicios, atender a los usuarios en el nuevo entorno y contarlo no aumentará el sueldo pero engorda la autoestima y nos pone «en valor», que falta nos hace. Y, quién sabe, tal vez ayude a cambiar nuestra imagen, algo necesario para pelear por una legislación que nos proteja de vaivenes estructurales. Si nos ven nos valorarán y si nos valoran obtendremos el status de «mal necesario» 🙂



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2 comentarios en “¿Somos prescindibles?

  1. Pingback: Tweets that mention ¿Somos prescindibles? « Biblioblog, 3a edición -- Topsy.com

  2. Los bibliotecarios tienen una función muy importante dentro del sistema educativo. Pero muchas veces se olvidan de los servicios que dan al consumidor (los alumnos, profesores, investigadores, etc).  Y dejo aquí una frase que escuché a uno de los bibliotecarios, el cual enérgico y en voz alta dijo: «Llevo trabajando aquí durante 20 años y todo funcionó hasta ahora, porqué tengo yo ahora que cambiar el método».
    Es decir, porque señores a lo mejor su método no es que funcionara bien, a lo mejor funcionaba mal y nadie se quejaba o cuando se queja alguien le dicen que no es culpa suya, que busquemos los libros por las mesas o que tal vez se perdieron «por el camino».
    Es hora de cambiar el pobre sistema que tenemos, reutilizarlo y buscar nuevas formas para ser los mejores en los campos de investigación.
     
     

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