Fosilización, darwinismo y pedagogía

1050257El otro día una compañera bibliotecaria  difundió, entre triste e indignada, la columna de opinión que un escritor/editor había firmado en un suplemento dominical. En el artículo (que podríamos traducir como ¿Las bibliotecas regalan los libros?) manifiesta su preocupación ante las nuevas prácticas que se están propagando entre las bibliotecas públicas que frecuenta. Se refiere a la manía que nos ha entrado a los biblitecari@s por no recoger libros que, ante la preocupante falta de espacio en domicilios y trasteros,  vecinos y usuarios quieren donar y, (en este punto mostraba su gran preocupación)  a esa costumbre de regalar los libros que expurgamos. Tras enumerar los objetivos de las bibliotecas (impulsar la lectura, garantizar el acceso a la cultura escrita, custodiar y conservar el patrimonio literario) añade que la riqueza (en cantidad) del fondo bibliográfico siempre ha sido motivo de orgullo de las grandes bibliotecas, aún siendo conscientes de que muchos de esos libros no serán leídos, no entendiendo porqué no se aplica ese principio en la biblioteca de su pueblo. No sabe quién es el responsable de tales decisiones («políticas, en última instancia») y cree que si bien un vecino puede alegar falta de espacio ese argumento no es válido para un ayuntamiento, que debería guardarlos en cualquier sitio, ordenados en cajas…aunque nadie se lo demande. Entre los libros «a regalar» había también autores conocidos, pilares de nuestra cultura que con esas prácticas estarán inaccesibles y nos abocan a un futuro sin legado cultural.

Decía que mi compañera está entre triste e indignada porque quien eso piensa y escribe es un buen usuario de bibliotecas, una persona sensibilizada con nuestra labor…y no entendía sus argumentos, su incapacidad para saber lo que hacemos.

El artículo de opinión es la defensa  de una (idea fosilizada de) biblioteca que ya no existe porque no puede existir; el acceso a la lectura, a la información, al ocio puede hacerse por medios y cauces diversos; el libro en papel es uno de ellos pero no el único; cualquier biblioteca garantiza el acceso, la conservación y custodia de nuestro legado cultural gracias a la implementación de las tecnologías de la sociedad de la información y ofrece un servicio de más calidad que en cualquier otro momento pasado. El expurgo es necesario porque es imposible comprar todo y almacenar todo; pero expurgar no es sinónimo de desaparecer, no por lo menos en estos momentos. Las bibliotecas evolucionan y aquellas que no gestionen bien su colección (papel, bites) su espacio (físico o virtual) y su relación con los usuarios desaparecerán.

El usuario, las personas, son nuestra razón de ser. Necesitamos lectores, usuarios, personas que se acerquen a la biblioteca y  demanden servicios. Y necesitamos pedagogía para explicar qué hacemos, que ofrecíamos y que ofrecemos…antes de que algún político nombre director de nuestras bibliotecas a algún escritor con ideas preconcebidas 😉


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9 comentarios en “Fosilización, darwinismo y pedagogía

  1. El hecho de que se regalen libros en las bibliotecas no lo veo incompatible con las funciones de la propia biblioteca. Muchas veces llegan donaciones de libros de personas que no se pueden hacer cargo por falta de espacio de ellos y recurren a las bibliotecas para no tener que tirarlos, literalmente, a la basura. Digamos que es una especie de BookCrossing, pero no en un parque ni en la calle, sino dentro de un espacio público como es la biblioteca. Otra cosa es que la biblioteca no se aproveche de los libros que pudieran ser de su utilidad y que les interesaría guardar y custodiar dentro de su colección… ahí si que habría un problema, que ya sería una mala política bibliotecaria el no aprovechar los libros, que quizás, en unos años se tuvieran que comprar.

    Un saludo y excelente post Fernando… 😉
    Julián Marquina

  2. La columna está firmada por una persona – escritor y editor, con conocida y amplia relación con el mundo bibliotecario vascófono/euskaldun- que tal vez no ha sabido distinguir las peculiaridades y fines de la biblioteca pública frente a los fines y misión de las bibliotecas patrimoniales o nacionales. Parece que hay un fondo de desconocimiento en su artículo de opinión. La biblioteca pública muy bien puede ahondar en su misión de fomento lector mediante el regalo de los fondos que estime no conservables (normalmente ejemplares duplicados que no pertenecen a la colección local y que no se prestan), en una suerte de bookcrossing sin trazabilidad. Ciertamente, escritores y editores nos lo agradecerán.

  3. Comparto el comentario de Julian Marquina, a mi biblioteca (escolar) llegan materiales diversos que ya tengo y casi ni se usan y derivo la donacion hacia otras bibliotecas màs desfavorecidas, sin conexion a internet, sin medios audiovisuales, etc.
    Creo que uno de los roles del bibliotecario, tarea que  està en una etapa de redefinicion profesional, es la de gestiòn de los materiales.
    Tendrà que valerse de su experiencia, formaciòn, cultura general, cultura digital… para «colocar» la informacion, en el soporte y formato que tenga en su biblioteca fìsica y virtual, en el lugar y a la persona que lo requiera, o lo valore.
    Pero de allì a tirar un clàsico… no, eso es cuestion de ignorancia, vamos..
    Si bien en Argentina casi no se ven e-readers y casi nadie lee en estos dispositivos, el I.pad recien llega y carìsimo, estos avances han traìdo un fundamentalismo a la hora de apegarse al papel a toda costa!!! asì que si me desprendo de un libro roto, incompleto tengo que hacerlo…entre gallos y medianoche…sino ….nos van a denunciar al editor/escritor de tu post!!!! Gracias por tus  escritos, siempre apegados a lo que realmente pasa en la biblio!!!
    Laura

  4. Cuando leí el artículo sentí una gran impotencia seguramente por venir de un usuario de biblioteca pública y además por venir de alguien que no es un cualquiera en el mundo del libro.
    He leído tu post y ahí están bien ordenaditas las reflexiones que hacían falta, esas que en el momento de enfado yo no era capaz de esgrimir. Gracias Fernando me ha venido muy bien leer algo así.

  5. ¿Las bibliotecas depósitos de libros? Una de las tantas acepciones que quienes trabajamos en las bibliotecas tratamos de no caer. Es el imaginario que la acumulación de material impreso es el lugar «sagrado», natural.  Antes de meterme de lleno en este ámbito pensaba como ese señor, que las bibliotecas debían acumular y acumular lo más posible ejemplares de libros.  Ahora cambió mi idea. ¿Una biblioteca puede contener todo?.  ¿Una biblioteca debe recibir todo lo que recibe en donación?. ¿Todo lo que se publica es realmente «valioso» para merecer ser conservado?. Ahora mi pregunta es ¿qué va a pasar con los libros impresos cuando se «naturalice» el libro digital? ¿Qué va a pasar con las bibliotecas?. ¿Los bibliotecas se convertirán en museos del libros impresos que es lo que algunos buscan inconcientemente (y no tanto)?.
    Un abrazo y muy interesante tu reflexión Fernando.

  6. ¿Alguien podría decirme en qué suplemento apareció el artículo? Me gustaría leerlo completo… Si no llega Enrique a decir que se trata de un autor cercano al País Basco, bien hubiera pensado que se estaba refiriendo a la biblioteca en la que trabajo, pues este verano hemos estado aprovechando para hacer espurgo y «regalar» los libros que ya no iban a pasar a engordar los estantes de nuestro almacén…

  7. Pingback: Tweets that mention Fosilización, darwinismo y pedagogía « Biblioblog, 3a edición -- Topsy.com

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