[Biblioblog] La pasada semana recogía Marcos Ros en su blog, al hablar del Anuario ThinkEPI 2010, una reflexión de Luís Rodríguez Yunta en el blog de SEDIC sobre el descenso de la participación de los lectores en las notas ThinkEPI con sus comentarios que se observa en este último Anuario, a su juicio. Luis lo achacaba a la saturación de información, al cansancio colectivo o a «la brecha entre las preocupaciones de los expertos y la dimensión cotidiana de los profesionales». Marcos añadía a estos factores otros nuevos: el que los temas tratados sean más especializados o el propio formato de las notas, más formal, que pueda coartar la participación espontánea.
Con ese trasfondo, quiero aprovechar para compartir una reflexión de hace tiempo, y es que a los espacios de debate profesional en internet (blogs, listas de distribución…) se han sumado plataformas que antes no existían: las redes sociales. Muchos de los profesionales de la información tienen su perfil en Facebook, Twitter y/o LinkedIn, y una parte de los debates se producen allí: son espacios más directos, con carácter menos formal y en los que la participación requiere un menor esfuerzo, pues resulta muy sencillo participar con un «me gusta», que sólo nos lleva el esfuerzo de un clic, o compartir el enlace de una lectura que nos ha parecido interesante; sin duda cuesta menos y lleva menos tiempo escribir algo corto en el muro de un amigo, aunque luego nuestras palabras las reciban cientos de personas. En ocasiones se trata de aportaciones con mucha miga, mientras que otras la información que nos aporta es más sutil, como puede ser un «me ha interesado lo que cuentas».
Valga como ejemplo el de nuestro blog, Biblioblog: los comentarios nos llegan no sólo a través del blog, sino también de Facebook, incluso a veces se debaten también en Twitter. Analizando las diez últimas notas publicadas en Biblioblog, el número total de comentarios ha sido de 17 (que no está mal), mientras que esas mismas notas, transmitidas a través de mi perfil en Facebook han obtenido 23 «me gusta» y otros 16 comentarios más. Y eso sin contar las interacciones en el perfil en Facebook de mis compañeros de blog, que serán más. Esto provoca mayor dispersión del debate, que se vuelve casi imposible de cuantificar, pero también facilita otras formas de participación que antes no existían y hace que podamos llegar a otros lectores.
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Es lo que se denomina fragmentación de la conversación…
😉
http://www.documentalistaenredado.net/694/la-fragmentacion-de-la-conversacion/
Justamente!
En RecBib el descenso de los comentarios en la propia página web ha sido bestial (podría decir de un 70-80%) y esto tiene su origen con la implantación de la página de Facebook y el perfil de Twitter de RecBib. Para la gente es mucho más cómodo y, sobre todo, más amigable poder comentar una noticia en su red social que hacerlo directamente en la página en cuestión.
Ya son muchas las páginas que incluyen los botones de «Compartir en Twitter» y «Me gusta» (Facebook) y que dan una facilidad de interacción con los usuarios tremenda, además de un incremento de la difusión de la entrada en cuestión.