El elemento clave de Pinterest del que nadie habla en bibliotecas: su diseño

Hay tres elementos que hacen a Pinterest único: su capacidad para la curación de contenidos, permite conectar a las personas a través de sus intereses y su diseño. Sobre los dos primeros se ha hablado en la bibliografía profesional (Nieves González en Tendencias en Pinterest y las bibliotecas; Guallar y Leiva en El content curator), pero el tercero parece estar pasando desapercibido a la comunidad bibliotecaria.

¿Por qué no hay que perder de vista el diseño de Pinterest? Fundamentalmente, porque soluciona la cuestión del descubrimiento. En los sitios de compra en línea los productos se localizan navegando por categorías, incluso a través de un buscador. Eso es muy útil cuando se sabe claramente qué producto comprar, pero no cuando se busca un regalo para alguien y lo que se necesita es inspirarse.

PinterestA diferencia de Facebook o de Twitter, que se basan en actualizaciones ordenadas cronológicamente, Pinterest está diseñado como si fuera un escaparate, para que puedan verse varios productos a la vez. Y es que está inspirado en las tiendas físicas (fruterías, pescaderías o librerías, por ejemplo), donde se exponen los productos para que el comprador pueda verlos, según ha explicado en alguna ocasión Evan Sharp, diseñador de la plataforma. En Pinterest no se navega por páginas, sino dentro de la misma página, que se recarga constantemente, lo que le hace más adictivo, pues parece que nunca quieres dejar de seguir viendo imágenes que te gustan y que te descubren nuevas cosas.

Por eso el diseño de Pinterest ha sido adoptado en varios sitios de compra en línea — aunque originalmente la plataforma no fuera diseñada para el comercio—, hasta el punto de que se ha hablado de la pinterestización de estos sitios. Pero también se puede ver en redes sociales como Little Monsters, en sitios de compra de libros electrónicos, como 24Symbols —que sigue el modelo de suscripción— o en sitios web como el de la Biblioteca Pública de Nueva York, por citar un ejemplo más cercano.

Las bibliotecas están utilizando Pinterest como escaparate de novedades y recomendaciones de lectura. Esto implica un esfuerzo adicional, pues hay que subir las imágenes que representan a cada lectura una a una, con su correspondiente descripción y enlace al catálogo o al blog de la biblioteca donde se reseñan.

Si pensamos en la capacidad del diseño de Pinterest para el descubrimiento, la tendencia lógica es asociar esta idea a nuestros catálogos. Posiblemente el diseño de Pinterest sería una buena opción para facilitar el descubrimiento de lecturas a los usuarios y, desde luego, ahorraría el esfuerzo de volcar los contenidos a Pinterest. No se trata de cambiar el diseño del catálogo, sino de crear diferentes visualizaciones que atiendan a diferentes necesidades.

Sobre el diseño de Pinterest y otros aspectos de esta plataforma y su uso en bibliotecas hablamos Luis González y yo misma en Pinterest para bibliotecarios, un pequeño libro electrónico que puede descargarse de forma gratuita en formatos pdf, ePub y Kindle registrándose en Lectyo.com.

 Pinterest para bibliotecarios

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No hay moda que siete años dure. El perfil de bibliotecario encargado de la web social

Hombreras[Biblioblog] No conozco ninguna moda que dure siete años en estos tiempos, como se sugería en un reciente mensaje en Iwetel, y menos aún en el ámbito de la tecnología. Siete años han transcurrido ya desde que se comenzó a hablar sobre el uso de la web social en bibliotecas, la bibliografía profesional lo demuestra.

La realidad actual es que muchas bibliotecas están presentes en los medios sociales y es el propio personal bibliotecario quien se está encargando de su mantenimiento. Los medios sociales son hoy un medio de comunicación con el usuario y con otros profesionales –no olvidemos esta segunda utilidad–, igual que lo son el teléfono, el correo electrónico y las listas de distribución. Negar esa realidad es negar algo evidente.

Considero un paso importante que se haya abordado la definición del perfil de quienes se encargan de los medios sociales en el documento Perfiles profesionales del Sistema Bibliotecario Español: fichas de creación elaborado por el Grupo de Trabajo sobre Perfiles Bibliotecarios del Consejo de Cooperación Bibliotecaria. No cabe duda de que este paso beneficia a los profesionales. Independientemente del tiempo que las redes sociales nos vayan a servir como medio de comunicación, creo que el debate no está en posicionarse del lado del sí o del no, sino en cómo mejorar lo presente. Así nos lo recordaba hace unos días Catuxa Seoane.

Como señala Nieves González en su blog, en la definición del perfil de bibliotecario encargado de web social se echan de menos algunas funciones, como la monitorización y evaluación del plan de marketing en medios sociales. Yo añadiría también su elaboración, así como el establecimiento de puentes entre la biblioteca y los usuarios y la elaboración de informes periódicos. La escritura y edición de materiales multimedia es otra de las funciones que debe llevar a cabo este profesional, y que englobarían a todas las herramientas desglosadas. Por otra parte, opino que no es función imprescindible de este perfil conocer las opciones para adaptar contenidos para la web móvil, algo de lo que debería encargarse el técnico de tecnologías de la información, aunque el encargado de medios sociales sí deberá estar en contacto con los dispositivos móviles.

Me quedo con tres aspectos muy positivos: la diferenciación del encargado de medios sociales con respecto a otros perfiles, lo que implica una necesaria especialización y reconoce la carga de tareas, el reconocimiento de que todo el personal debe estar involucrado en los medios sociales y la participación en la elaboración del plan estratégico del centro.

Estado de los medios de la web social en 2009

[Biblioblog] El pasado mes de julio se publicó la cuarta oleada del informe anual de Universal McCann, Social Media Tracker, serie iniciada en 2006, que analiza el estado y la evolución de los llamados social media o medios de la web social. A pesar del aumento en el número de países analizados en esta edición (que han pasado de 11 en el primer informe a 38 en el último, estando España presente en las cuatro ocasiones), y por lo tanto del número de encuestados (casi 23.000 usuarios activos de Internet entre 16 y 54 años, que constituyen la base del estudio), en esta edición se han visto reducidos significativamente los contenidos públicos gratuitos —parece ser que el acceso al resto es de pago— y por lo tanto su valía para el gran público. Sin embargo, las principales conclusiones que arroja esta cuarta oleada nos ofrecen una interesante visión a nivel global de la evolución de la web 2.0.



Veamos algunos de los puntos más interesantes:

  1. El número de usuarios activos de Internet a nivel mundial se estima en 625 millones. Esto significa que uno de cada trece humanos son usuarios activos de Internet. En España esta cifra la sitúan en 8,5 millones de habitantes.
  2. Las redes sociales continúan creciendo, y los internautas cada vez pasan más tiempo en ellas. Sin embargo, en la parte pública del estudio sólo se muestran datos de pertenencia a redes sociales (que en nuestro país ha ascendido en el último año en 13,6 puntos porcentuales con respecto al pasado año), pero no otros que sustenten esta última afirmación.
  3. La blogosfera ha alcanzado su saturación en términos numéricos, con un 71% de lectores de blogs, lo que les convierte sin duda en el medio más popular en la web. El porcentaje de blogueros se sitúa en un 40%. Las plataformas de los medios sociales con cada vez son más multimedia, puesto que ha crecido las descargas de fotos, vídeos, música y widgets. Se observa una alta penetración de la subida y visualización de vídeos en sitios como YouTube y otros similares: en nuestro país el 32% de los usuarios activos de Internet han subido algún vídeo.
  4. Los medios sociales se están haciendo móviles: el 17% de los usuarios activos en todo el mundo acceden a Internet en situaciones de movilidad además de en casa, el trabajo o su lugar de estudios.