La interacción, un reto para las bibliotecas universitarias en los medios sociales

Lo que distingue a los medios sociales es la interacción y la comunicación con el usuario. Ese es también el elemento que más se nos resiste en los perfiles de las bibliotecas: conseguir un «me gusta», un comentario o que nuestras publicaciones sean compartidas es todo un logro.

Un análisis de las publicaciones de las bibliotecas universitarias españolas en sus páginas en Facebook ha revelado un bajo índice de interacción:

  • El 22,6% de las publicaciones analizadas no han recibido ningún «me gusta» y más de la mitad ha obtenido unos pocos (entre uno y cinco).
  • Tres cuartas partes (76,7%) no ha sido compartido nunca, por lo que apenas se puede hablar de viralidad.
  • Nueve de cada diez publicaciones no ha recibido un solo comentario, por lo que no se puede hablar de conversación.
  • El nivel de seguimiento también tiene margen para ser ampliado: un 62,5% de las bibliotecas universitarias no llega a más del 10% de seguidores respecto al número total de usuarios.

Interacciones en las páginas en Facebook de las bibliotecas universitarias españolas.

Las conclusiones de este trabajo son todo un reto: es necesario reflexionar sobre el nuestra presencia en medios sociales y diseñar estrategias que provoquen la participación, algo que se ha demostrado que no es imposible de conseguir.

Os invito a leer el texto completo del artículo, que contiene más detalles. Ésta es la referencia:

Arroyo-Vázquez, Natalia (2018). “Interacción en las páginas en Facebook de las bibliotecas universitarias españolas”. El profesional de la información, v. 27, n. 1, pp. 65-74. https://doi.org/10.3145/epi.2018.ene.06

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Los medios sociales se están transformando en canales de venta directa

Los medios sociales están dando los primeros pasos para convertirse en canales de venta directa, además de las plataformas de marketing que son ahora. Facebook, Twitter, Pinterest y otros medios están trabajando en botones de compra que permitirán a sus usuarios adquirir productos sin salir de sus dominios. Esta podría ser una interesante vía de financiación, uno de sus principales retos a ls que se han enfrentado.

Hace casi un año Facebook anunció su botón de compra, que apenas ha dado novedades desde entonces. Pinterest ha anunciado este mismo mes los buyable pins —pines susceptibles de compra—, que funcionarán próximamente en las aplicaciones para iPhone y iPad en Estados Unidos. Para hacer posible la venta Pinterest y Facebook colaboran con Shopify, una plataforma de comercio electrónico.

En Facebook y Pinterest los botones de compra se asocian a cada publicación y Twitter comenzó con esta misma idea, pero recientemente ha apostado también por unas páginas especiales para cada producto, sobre el cual se recopilarían una selección de tuits. La editorial Penguin Random House ha sido uno de los primeros aliados de Twitter en esta aventura y ya es posible adquirir algunos de sus títulos directamente desde esta plataforma.

Página de compra de Penguin Random House para el libro The Martian.

Página de compra en Twitter para el libro The Martian.

Esta no es la única novedad en Twitter. Como parte del proceso de compra utiliza las colecciones, que realmente son páginas en las cuales una persona o empresa influyente selecciona y recomienda varios productos a la venta. Cada uno de esos tuits con productos enlaza con una página de compra desde la que adquirirlos. Parece complicado, pero no lo es: con estas colecciones Twitter está promocionando la compra de determinados ítems a través de la prescripción. Para hacernos una idea, una de las primeras colecciones contiene productos seleccionados para los fans de Juego de Tronos por la cadena de televisión HBO. Y Penguin Random House también tiene su propia colección.

Hasta el momento los botones de compra están en modo beta y solo disponibles para unas pocas empresas, pero se espera que se más adelante otras tengan esta misma oportunidad.

La compra es solo una parte de la dirección que están tomando los medios sociales, que comienzan a introducir otros tipos de llamadas a la acción que no implican necesariamente un intercambio monetario. Así, las páginas de Twitter también dirigen a lugares y Facebook incluyó en su día las llamadas a la acción en sus páginas, que por ahora solo permiten comprar, reservar, jugar, registrarse, usar aplicación y ver un vídeo. Este podría ser el primer paso hacia otro tipo de acciones, aunque sin duda la compra es la más interesante en términos económicos.

¿Por qué hablamos sobre esto en un blog sobre bibliotecas? Si las bibliotecas son lugares, también podrían tener su propia página en Twitter, como los restaurantes que recomienda The Infatuation en su página —sirva de ejemplo este local en Brooklyn—. Por otra parte, la posibilidad de ampliar las llamadas a la acción más allá de la compra podría conducir a otras acciones, como tomar prestado un libro electrónico.La prescripción es una de las tareas que los bibliotecarios y quienes trabajan en el fomento de la lectura venimos llevando a cabo desde hace tiempo. Finalmente, las bibliotecas están utilizado desde hace tiempo los medios sociales como vías de comunicación y de promoción de sus servicios. Aten cabos e imaginen cómo podrían ser las cosas en este nuevo escenario, en eso consiste la innovación.

Integrando contenidos personalizados en las páginas de Facebook: la experiencia de El Profesional de la Información

epi2Como parte del equipo de redacción de El Profesional de la Información, durante la pasada semana estuve trabajando en un nuevo reto: ampliar la presencia de EPI en las redes sociales. Lo que en un primer momento podía parecer una tarea rutinaria —»Ah, vale, abrir otra página en Facebook», pensé—, supuso más bien un pequeño proceso de experimentación y aprendizaje. Algunas de las mejores páginas comerciales que he visto en Facebook incluyen páginas html con contenidos personalizados (textos, fotografías, vídeos…) y que se salen completamente de aquellos a los que nos tiene acostumbrados esta red social (el muro, la información de perfil, notas, fotos…) y, llegado el momento de ponerme a ello, me pregunté cómo lo harían.

Sabía de la existencia de FBML, una aplicación que permite crear páginas html integradas en la navegación de la página, pero quería saber si habría otras opciones. Preguntado a Google encontré varias soluciones de pago, pero como lo que quería era probar sin empañar el espíritu de ahorro que nos transmite la crisis, seguí buscando las gratuitas.

Tanto Static HTML como IWIPA cumplían los requisitos: ambas ofertan servicios de pago, pero tienen opciones gratuitas interesantes. Finalmente, se optó por IWIPA, puesto que ofrece más por menos, especialmente a aquellos que no quieren complicarse editando html. Mientras que Static HTML permite crear una página, bien editando directamente el código o en modo wysiwyg, IWIPA proporciona una serie de opciones para crear todo un sitio web dentro de Facebook y con resultados visuales muy profesionales: organización en pestañas de las páginas (que además se pueden organizar por jerarquías o incluir enlaces externos), composición de páginas mediante la selección de recuadros que se arrastran y sitúan en el lugar deseado (además de html, se puede insertar un texto en movimiento, botones para compartir en otras redes sociales, incrustar vídeos de YouTube o mostrar algunos de mis fans) y opciones de personalización del aspecto visual. El precio que hay que pagar por usar la opción gratuita es ver la nombre de la aplicación en nuestras páginas.

¿Por qué crear páginas personalizadas en Facebook? Desde nuestra experiencia, por varias razones: ofrecer contenidos diferentes, por romper la monotonía y aprovechar al máximo los recursos de la plataforma, y también para servir una adelanto de lo que se puede encontrar en la web de EPI e invitar a visitarla y leer sus artículos.

Si quieres ver el resultado, puedes visitar la página de EPI en Facebook, estás también invitado a participar en ella. Y si has hecho algo similar en tu página, puedes contárnoslo.

Compartiendo espacio de debate profesional con las redes sociales

[Biblioblog] La pasada semana recogía Marcos Ros en su blog, al hablar del Anuario ThinkEPI 2010, una reflexión de Luís Rodríguez Yunta en el blog de SEDIC sobre el descenso de la participación de los lectores en las notas ThinkEPI con sus comentarios que se observa en este último Anuario, a su juicio. Luis lo achacaba a la saturación de información, al cansancio colectivo o a «la brecha entre las preocupaciones de los expertos y la dimensión cotidiana de los profesionales». Marcos añadía a estos factores otros nuevos: el que los temas tratados sean más especializados o el propio formato de las notas, más formal, que pueda coartar la participación espontánea.

Con ese trasfondo, quiero aprovechar para compartir una reflexión de hace tiempo, y es que a los espacios de debate profesional en internet (blogs, listas de distribución…) se han sumado plataformas que antes no existían: las redes sociales. Muchos de los profesionales de la información tienen su perfil en Facebook, Twitter y/o LinkedIn, y una parte de los debates se producen allí: son espacios más directos, con carácter menos formal y en los que la participación requiere un menor esfuerzo, pues resulta muy sencillo participar con un «me gusta», que sólo nos lleva el esfuerzo de un clic, o compartir el enlace de una lectura que nos ha parecido interesante; sin duda cuesta menos y lleva menos tiempo escribir algo corto en el muro de un amigo, aunque luego nuestras palabras las reciban cientos de personas. En ocasiones se trata de aportaciones con mucha miga, mientras que otras la información que nos aporta es más sutil, como puede ser un «me ha interesado lo que cuentas».

Valga como ejemplo el de nuestro blog, Biblioblog: los comentarios nos llegan no sólo a través del blog, sino también de Facebook, incluso a veces se debaten también en Twitter. Analizando las diez últimas notas publicadas en Biblioblog, el número total de comentarios ha sido de 17 (que no está mal), mientras que esas mismas notas, transmitidas a través de mi perfil en Facebook han obtenido 23 «me gusta» y otros 16 comentarios más. Y eso sin contar las interacciones en el perfil en Facebook de mis compañeros de blog, que serán más. Esto provoca mayor dispersión del debate, que se vuelve casi imposible de cuantificar, pero también facilita otras formas de participación que antes no existían y hace que podamos llegar a otros lectores.

Facebook incorpora la @ de Twitter

[Biblioblog] Las cosas que funcionan se copian. Uno de los mejores servicios de la web social es Twitter, cuyas novedades han sido exportadas por otros: la sencilla idea de responder a la pregunta «¿qué estás haciendo?» con 140 caracteres ha sido incorporado por los sitios de redes sociales y otros servicios hasta convertirse en un clásico cotidiano Otra de las estupendas ideas de Twitter es el sistema para hacer referencia a otras personas en los mensajes: con un sólo símbolo delante del nombre de usuario (por ejemplo, @ferjur), el sistema interpreta que ese mensaje va dirigido a una persona en concreto. Ese símbolo ha sido asumido por los usuarios, que lo emplean en cualquier lugar, desde Facebook hasta SMS, incluso lo he visto en la prensa escrita, y lo han convertido en un símbolo de la cultura digital; en definitiva, un breve sustituto del «Estimado señor».

Ante la popularidad de la @, Facebook ha incorporado esa misma idea a las notas que escribimos en nuestro muro. Así, cuando escribimos @ seguido del nombre de alguno de nuestros contactos, automáticamente se le envía esa nota a su muro, de manera que ya no tenemos por qué ir al muro de alguien para escribirle. Ideas sencillas que simplifican las cosas.