La X Jornada de la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes: diez años de tendencias en información y documentación

El 14 de diciembre se celebró en Madrid la X Jornada de la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes, con el lema Diez años de tendencias en información y documentación (2008-2017), con el que se proponía repasar los temas de anteriores jornadas y reflexionar sobre la evolución de estas tendencias.

Dividido en cuatro mesas de debate, el formato de la conversación ha sido un acierto no solo por la agilidad del diálogo, que se hace mucho más ameno para todos, permite enfocar las ideas de forma más directa y fomenta la conversación, sino también por la calidad de las moderadoras y de los ponentes. Las intervenciones breves de participantes en anteriores ediciones a través de vídeos, el envío de preguntas en línea y la votación en directo han sido elementos que han roto la monotonía.

Participé en el primer debate junto con Alicia Sellés, y bajo el hilo conductor de Feli Campal, una maestra conduciendo la conversación. Alicia explicó cómo las bibliotecas pueden contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para la Agenda 2030, entre los cuales se encuentra el acceso a la información. También afirmó que el papel de las bibliotecas debe ir más allá de la cultura y estar en otros ámbitos y destacó la dimensión local y global de las bibliotecas.

Por mi parte, quise destacar la importancia de los medios sociales en la conexión entre los propios bibliotecarios y los retos a los que aún se enfrentan las bibliotecas respecto a los medios sociales, entre los que se encuentran la alfabetización informacional respecto a las noticias falsas y promover la interacción con el usuario. También defendí la existencia de la marca Biblioteca y la necesidad de plantear la presencia en medios sociales de la dentro de los planes estratégicos, con mucha más atención, porque está en juego la imagen de la biblioteca.

En el segundo debate Feli Campal condujo a Belén Llera y Julio Alonso Arévalo, que charlaron sobre el libro electrónico, la calidad de la lectura y las imposiciones de las editoriales en lo referente al libro digital, que no benefician a los usuarios de biblioteca. Fue el público quien se encargó de señalar la principal conclusión: se nos está haciendo largo el camino hacia el préstamo de libros electrónicos.

Belén Llera y Julio Alonso Arévalo

Después de soplar las velas de décimo aniversario y del café, Elisa García Morales tomó el relevo como moderadora y dio paso a Montserrat García-Alsina y Gema Bueno, que defendieron el valor de las competencias de los bibliotecarios en aspectos como el big data, a pesar de que tradicionalmente no nos gustan especialmente los datos, y la importancia del small data para las bibliotecas. García-Alsina trasladó a la audiencia la preocupación en el entorno académico por el descenso en el número de estudiantes de información y documentación y el cierre del grado en la UOC.

El último debate de la Jornada fue también el más polémico, como suele suceder cuando se tratan temas laborales, y el que más polémica y participación del público suscitó. Para José Luis Bueren los profesionales de las bibliotecas no dejamos competencias atrás, sino que vamos incorporando otras nuevas. Además, recordó que la innovación en bibliotecas no es solo una cuestión de tecnología. Paula Traver charló sobre el talento oculto de los profesionales que no tienen oportunidad de poner proyectos en marcha debido a unas estructuras internas que no valoran sus iniciativas. Para ella cada vez importan menos las titulaciones y más las necesidades que puedes resolver en el ámbito laboral. No se trata solo de desarrollar competencias, explicó, sino también aptitudes. Entre el público se mostró la preocupación por los programas de las titulaciones, la inserción en el mercado laboral de los nuevos titulados y la aparición de nuevos perfiles profesionales, como el de document controller.

Estas son solo algunas de las muchas ideas que se transmitieron, el resto quedarán recogidas en los vídeos que se publicarán próximamente. Un año más, la Jornada de la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes se ha convertido en un espacio referente para los profesionales en cuanto al formato y los contenidos. Felicitaciones a Yolanda de la Iglesia y a todo su equipo por este décimo aniversario y por su gran trabajo, esperamos impacientes la siguiente edición.

Anuncio publicitario

Desmitificando las apps en bibliotecas: sí, pero diferentes al sitio web

Cuando pregunto a los bibliotecarios que asisten a mis cursos sobre dispositivos móviles qué creen que sería mejor para los usuarios de su biblioteca, una app o una adaptación de su sitio web, la mayoría no duda en apostar por las apps. Esto es solo una muestra del entusiasmo que las aplicaciones móviles han suscitado entre los profesionales, que queda también patente en las apps creadas por las bibliotecas.

Los datos de uso de BiblioUSAL, la primera app de una biblioteca en España, creada por la Biblioteca de la Universidad de Salamanca en diciembre de 2011, ha sido visitada seis veces menos que la versión del sitio web para dispositivos móviles, con contenidos prácticamente idénticos. Por el contrario, el uso de la app es más intensivo, pues en cada sesión se visitan más páginas y durante más tiempo, lo que nos lleva a pensar que las apps son más interesantes para los usuarios intensivos de la biblioteca cuando se trata de una versión con contenidos similares a los del sitio web. Esta es la principal conclusión del artículo Comparación de los datos de uso de la app y el sitio web móvil de una biblioteca universitaria, que se acaba de publicar en la revista El profesional de la información.

En este trabajo también se pone de manifiesto la importancia de la promoción de estas apps y los bajos índices de descarga que presentan esta y otras apps de bibliotecas universitarias, y que representa entre el 0,2% y el 17,3% cuando se pone en relación con el número de usuarios.

Por lo tanto, estos datos son un claro apoyo a favor de la web cuando se trata de adaptar los contenidos del sitio web de las bibliotecas para smartphones y tabletas. Además, nos llevan a reflexionar sobre cuál puede ser la utilidad de las apps y a pensar en qué condiciones podrían cobrar mayor interés para los usuarios. En esta línea se ha trabajado en una nueva versión de la app de la Universidad de Salamanca, BiblioUSAL 3.

WhatsApp y las cincuenta de Grey (La gestión del ahora II)

La gestión del ahoraWhatsApp y las cincuenta sombras de Grey han conseguido algo que la biblioteca perseguía pero no lograba: llevar la tecnología y la lectura a ámbitos y grupos de usuarios impensables hasta hace poco. La trilogía propició que muchos «no usuarios» se acercasen a las bibliotecas a por un libro que les habían recomendado en la calle; el whatsApp que la proporción de usuarios de biblioteca con smartphone sea muy elevada y que incluso nosotros sepamos cómo funciona. El whatsApp ha mutado el teléfono del abuelo en el smartphone de mi suegra; el erotismo ha convertido el libro en objeto de deseo. Creo que ninguna de nuestras campañas ha conseguido reducir la brecha digital y fomentar el interés por el libro con tanto éxito ¿por qué no aprovechar la coyuntura?

Una persona se acerca al mostrador de la biblioteca en busca de información;  sabes que nos puede preguntar cualquier cosa: la disponibilidad de un libro, el horario de autobuses o dónde encontrar una imagen de un elefante azul para los deberes del cole. Trabajamos delante de un terminal con acceso a internet, lo habitual es que busquemos respuestas a través de la pantalla. Al preguntar a los colegas si la situación es cotidiana en sus bibliotecas todos asienten; cuando me intereso  en cómo transmiten la respuesta las opciones van desde la voz hasta escribir en un papel o imprimir un pantallazo…¿Sábes qué echo en falta? Alguien que apunte la posibilidad de enviar la respuesta al momento y directamente al bolsillo de quién nos solicita la información. Y ya puestos, si el usuario quiere que le ayudemos, ¿por qué no invitarle a comunicarse con nosotros como lo haría con sus amigos?, ¿por qué no ofrecerle nuestra ayuda sin hacerle venir a la biblioteca, sin tener que dejar de hacer lo que tiene entre manos, en la certeza de que en el mismo momento en que tengamos lo que necesita le llegarà el aviso?, ¿por qué no aprovechar que la mayoría tenemos un nuevo canal de comunicación en el bolsillo que, ahora sí, sabemos usar?. Las formas de comunicación cotidianas e informales son necesarias en una biblioteca que quiera conectar con sus usuarios.

La referencia es una de nuestras especialidades, un servicio que podemos adaptar a los nuevos canales de comunicación con mucha facilidad.  Y si ayer, en los inicios de internet, mejoramos ese servicio de referencia con el correo electrónico y posteriormente con el chat, hoy podemos hacerlo con el whatsApp. Ser receptivos a la omnicanalidad nos permite  personalizar el servicio, nos da la oportunidad de fidelizar, de «poner en valor» nuestra actividad. Nos preocupa el futuro y hacemos cábalas sobre cómo afrontarlo; desconocemos cuáles serán las  posibilidades y las herramientas que tendremos mañana, pero hoy ya sabemos que tanto el número de personas  permanente conectadas como el consumo de datos en movilidad va en aumento así que, mientras llega el futuro, parece fácil adaptar y mejorar nuestro presente aprovechando ese teléfono que no falta casi en ningún bolsillo, ¿no te parece?

La gestion del ahora (haz caso a mi suegra)

La gestión del ahoraCuando tu suegra, de visita en casa, te pide el cargador del móvil para su teléfono, no hay duda, algo ha cambiado radicalmente. Hace años que la mía usa móvil pero nunca había mostrado preocupación por el estado de la batería; no hasta que sus hijas le enseñaron que gracias al nuevo teléfono puede mantenerse en contacto al instante con toda la familia siempre y cuando mantenga operativo ese nuevo cordón umbilical familiar. Envidio el modo en el que mi suegra se ha acercado a la tecnología; no ha tenido ningún problema en adaptarla a sus circunstancias (nada de teclear, que resulta difícil; ella habla y el teléfono se encarga de enviar mensajes de voz personalizados a cada hija, nieto…) y aunque sigue usando el teléfono para llamar lo que más valora es el grupo de whatsApp que le acerca a esa familia tan dispersa.

Cuando vas a dar un curso a bibliotecarios y no tienes que emplear más de la mitad de tus energías en convencer al personal de las posibilidades de los smartphones, no hay duda, algo ha cambiado radicalmente. En los que imparto me gusta empezar la jornada pidiendo a los asistentes que se presenten (ya sabes, lo típico, decir el nombre y la biblioteca en la que trabajan) y animo también a enseñar el teléfono que llevan encima. En 2008 no había muchos smartphones y gran parte del tiempo lo dedicaba no a «convencer» al personal de las posibilidades de los nuevos aparatos sino a negar sus temidos efectos secundarios («¿Para qué necesito uno de esos, que solo sirven para aislarnos y hacernos más antisociales?», «Eso no es para las bibliotecas».)

2014, mismo ritual de presentación; de la treintena larga de asistentes tan solo 2 no disponen de smartphone y enseñan el móvil casi casi entonando un «mea culpa». Sin rastro ni del argumento de la edad (el manido «es que ya estoy mayor») ni del de la alienación social de la tecnología; la preocupación es ahora cómo convencer a nuestras administraciones de la necesidad de considerar estos dispositivos como herramienta de trabajo básica en las bibliotecas.

En estos seis años entre cursos se ha popularizado internet, han mejorado  las telecomunicaciones y ha cambiado la forma de comunicamos. Si tuviese que explicar ese cambio en pocas palabras emplearía una: WhatsApp. Al igual que mi suegra, muchas bibliotecarias utilizamos el whatsApp; hemos llegado a esa herramienta no por lo laboral sino desde el ámbito personal; nadie se plantea la edad y el argumento de lo antisocial cae por su propio peso. Whatsapp presenta otro matiz interesante: está siendo empleada con total naturalidad por personas que (Iba a volver a poner a mi suegra pero creo que voy a emplear el nosotros.), como muchos de nosotros, no son usuarias de las redes sociales al uso.

Volviendo al curso de 2014, al preguntar quién utilizaba esa herramienta en la biblioteca, los 2 que no tenían smartphone se convirtieron en 30. Es curioso observar cómo renunciamos al uso de la tecnología en el momento en el que dejamos de actuar como individuos y empezamos a pensar como bibliotecarios. Aunque argumentamos que el principal problema es que la biblioteca no dispone de un dispositivo la mayoría reconoce que, simplemente, no se había planteado la posibilidad. Una vez más la separación de lo laboral y lo personal, el esquema de tecnología para trabajar y tecnología para lo privado. Afortunadamente el problema se puede subsanar con un simple cambio de enfoque, y sólo tenemos que emplear un cuarto del curso para explicar que necesitamos hacer un trasvase de conocimiento tecnológico desde el ámbito privado al profesional.

Antes de que me interpretes mal, no me refiero a usar nuestra cuenta personal en redes sociales o mensajería para gestionar la biblioteca, no; estoy intentando explicarte que esa tecnología que ya sabemos aprovechable para el ámbito privado puede ser útil también para mejorar los servicios que tu biblioteca ofrece a los usuarios y que, por tanto, necesitamos que la biblioteca cree su propia personalidad digital y acceda sin problemas al tiempo real. Y, si reflexionamos sobre ello, podremos encontrar los argumentos necesarios para que una tableta y un smartphone sean consideradas herramientas imprescindibles en nuestras bibliotecas.
Cuando mi suegra utiliza whatsapp no está pensando en términos de filtrado y difusión de la información en tiempo real; cuando nuestros colegas, entre cañita y somontano, se intercambian fotos y chascarrillos en las pausas del curso, se comportan como mi suegra, no están pensando en la interacción en tiempo real, ni en que el emisor emite cuando quiere y el receptor recibe y procesa cuando le da la gana. Y sin embargo todas están gestionando eficientemente la creación y difusión de información en tiempo real. ¿No te parece que una de las grandes mejoras que podemos implementar ya en nuestras bibliotecas es dotar a nuestros servicios de esa interacción en tiempo real?. No dejará de ser el whatsapp pero, si quieres, lo podemos llamar Servicio de referencia virtual en tiempo real, que es más profesional, ¿no?.

¿Por qué lo llaman futuro cuando quieren decir presente?

Uno de los temas de moda en la profesión es el futuro. El futuro de las bibliotecas, el futuro de la profesión, el bibliotecario del futuro, el futuro de los servicios bibliotecarios y un largo etcétera. El lector atento habrá podido observar que la mayor parte de las veces los discursos sobre ese futuro se basan en los datos del presente (para muestra esta infografía). Entonces, ¿por qué lo llaman futuro cuando quieren decir presente?

El futuro que vislumbramos es solo una ilusión que se basa en lo que proyectan las bibliotecas y los profesionales que van un paso por delante, los que están en la vanguardia. Si nos paramos a pensar, la bola de cristal sólo refleja la realidad a su alrededor (los físicos lo saben desde hace tiempo), y esa realidad la creamos nosotros mismos.

Imagen de April-Mo compartida bajo licencia CC by-nc-sa

Imagen de April-Mo compartida bajo licencia CC by-nc-sa

Cinco derechos de la #biblioteca

5 derechos de la #bibliotecaImage
El Día de la #biblioteca es una ocasión para reivindicar nuestra identidad, nuestra función, nuestros servicios, nuestro trabajo. Esta iniciativa internacional es un excelente marco para inundar las redes con nuestra #biblioteca, ya que se trata de una acción espontánea, universal y participativa. Por ese motivo, queremos aprovechar la potencia de tantas voces defendiendo las mismas ideas desde diferentes partes del mundo para recordar cinco derechos de las bibliotecas que tiene sentido defender hoy, en el contexto global de recesión económica, pero sobre todo ante recientes muestras de ignorancia de nuestro valor y de desconfianza de nuestro espacio en un entorno digital. Los cinco derechos globales de la biblioteca que se exponen a continuación recuerdan que:

  • La #biblioteca, hoy como antes, es el principal servicio público de difusión del conocimiento.
  • La #biblioteca, hoy como siempre, es la vía de entrada a la sociedad del conocimiento.
  • La #biblioteca, hoy como nunca, es un agente básico para la participación en la sociedad digital.

Derechos de la biblioteca actual

Derecho 1.
Derecho de la #biblioteca a ser un foro difusor del conocimiento abierto a la comunidad.
La sociedad tiene el derecho a disponer de servicios bibliotecarios públicos, espacios presenciales y/o telemáticos desde los que acceder a todo tipo de recursos para todo tipo de personas. El conocimiento debe ser abierto y puesto a disposición de forma pública por las instituciones a las que encomendamos la gestión cultural, educativa, creativa y recreativa.

Tuitéalo #bibliotecaApoyo el derecho de la #biblioteca a ser un foro difusor del conocimiento abierto a la comunidad https://biblioblog.org/2013/08/11/5derechos

Derecho 2.
Derecho de la #biblioteca a disponer de un presupuesto que garantice la prestación de sus servicios.
La sociedad tiene el derecho a que sus bibliotecas presten servicios de calidad y a disponer de recursos de actualidad. Los presupuestos públicos de las bibliotecas deben ser garantizados de forma periódica para asegurar la prestación de sus servicios.

Tuitéalo #bibliotecaApoyo el derecho de la #biblioteca a disponer de un presupuesto que garantice la prestación de sus servicios https://biblioblog.org/2013/08/11/5derechos

Derecho 3.
Derecho de la #biblioteca a su desarrollo en la sociedad de la información
La sociedad tiene el derecho a que sus bibliotecas innoven y adapten su actividad a las posibilidades tecnológicas. Las bibliotecas son entidades vivas que evolucionan, desarrollan nuevos servicios y reenfocan su visión conforme se dan las condiciones necesarias.

Tuitéalo #bibliotecaApoyo el derecho de la #biblioteca a su desarrollo en la sociedad de la información https://biblioblog.org/2013/08/11/5derechos

Derecho 4.
Derecho de la #biblioteca a ofrecer todo tipo de recursos en las mismas condiciones.
La sociedad tiene el derecho a disponer de colecciones que representen todos los pensamientos para su consulta, préstamo o acceso. Las bibliotecas son garantes del conocimiento aportado por autores y editores. Las bibliotecas tienen derecho a prestar libros electrónicos de la misma forma que prestan libros impresos.

Tuitéalo #bibliotecaApoyo el derecho de la #biblioteca a ofrecer todo tipo de recursos en las mismas condiciones https://biblioblog.org/2013/08/11/5derechos

Derecho 5.
Derecho de la #biblioteca a disponer de profesionales formados que ofrezcan servicios de calidad.
La sociedad tiene el derecho a ser atendida en sus bibliotecas por personal eficiente, dedicado y especializado. La profesión bibliotecaria requiere una formación específica que garantice la gestión correcta y el desarrollo de los servicios que su comunidad necesita.

Tuitéalo #bibliotecaApoyo el derecho de la #biblioteca a disponer de profesionales formados que ofrezcan servicios de calidad https://biblioblog.org/2013/08/11/5derechos

Los derechos que aquí se exponen están aparejados al compromiso de la biblioteca con sus usuarios para que sus espacios, colecciones y servicios respondan a sus necesidades. En suma, resumen el derecho a que cada comunidad disponga de su biblioteca. Somos un colectivo afortunado porque nuestro desarrollo profesional se realiza en una #biblioteca.

Esto es un blog, nada más. Aporta qué derechos crees que tendrían que estar en esta lista. Tu visión es importante. Tu opinión es necesaria. Añade, critica, comenta, difunde.

Si es Agosto, toca el día de la #biblioteca en Twitter (atención cambio de fecha)

#biblioteca 2013

#biblioteca 2013

Vaya, un año más y estamos  cerca la quinta edición del día de la biblioteca en Twitter. Desde lo  que en un principio fue como un “experimento con gaseosa”  allá por 2009 cuando Natalia Arroyo  se preguntaba ¿Cuántos tweets hacen falta para convertirse en “trending topic”?  la biblioteca en Twitter se ha convertido en un clásico del mes de Agosto.

En ediciones anteriores era el día 10 de Agosto, pero este año coincide en Sábado  y las posibilidades de que la convocatoria sea un éxito pueden ser limitadas, por lo tanto será el lunes día 12 de Agosto  (la primera edición también fue lunes)

Como cada edición sigue habiendo motivos para el “evento”:  las drásticas reducciones en inversiones, recortes de personal  e incluso por la visión “estratégica” de las bibliotecas que tienen algunos de nuestros gobernantes.

Salvo “ejemplares” como la Sra. Alcaldesa, nadie duda de la importancia de las bibliotecas como motor cultural, como espacios de aprendizaje,  como infraestructura  e incluso como un lugar donde se está “fresquito” en verano y “calentito” en invierno (salvo en las virtuales, claro 😉 sean tiempos de bonanza o tiempos críticos como el actual.

Por eso, el día de la #biblioteca en Twitter es un buen momento para reivindicar la biblioteca como servicio público y difundir nuestra tarea profesional. Entonces, ¿Quedamos el día 12 de agosto a las 4PM (hora de Madrid, Andorra, Paris, …) para twittear las ventajas de disponer de bibliotecas y de buenos profesionales?

Si, ya sabemos que [en España] estamos de vacaciones …. Y que además es la hora de la siesta, pero no tenemos excusa:  hay utilidades para programar tweets y respetar esta noble tradición y  en el hemisferio Sur es invierno que estamos en un mundo global.

Como novedad proponemos que adjuntes fotos de bibliotecas en tus tweets (la idea se la hemos tomado a The Guardian  que está pidiendo fotos de bibliotecas universitarias), pero se admiten todo tipo de sugerencias y desde  Blbioblog os proponemos algunas:

  • Si eres usuario: Cuéntanos tu experiencia,  las razones de usarla, ventajas (e inconvenientes), ¿Estas satisfecho? ….
  • Si eres bibliotecari@::A que te dedicas, donde trabajas, que te gusta [o no] de tu tareas ..
  • Si eres una biblioteca: Difunde esta información entre tus usuarios (ellos son la clave de que que seamos trending topic o no), explica tus servicios, horarios, actividades, quienes sois ……

E independientemente de si eres usuario, bibliotecari@ o biblioteca:

  • Difunde el evento entre tus seguidores de Twitter, anímalos a participar. ¿Sigues a gente “importante”?:  pídeles que te ayuden a difundirlo, además: comenta cosas, comparte fotos , sugiere lecturas ….. Cualquier cosa, pero con el hashtag  #biblioteca

Nos vemos el lunes 12 a partir de las  4PM (Central European Summer Time,  las 9 AM en Colombia y Mexico DF,  10AM en Chile , 11AM en Argentina y Brasil. Si tienes dudas, consulta el horario en tu país.

Tenéis más información del evento en Facebook  gracias a Noemí Gómez.

Y una recopilación de las Ediciones anteriores en Delicious.

Como dice alguien por aquí: Vuestro turno 😉

No hay moda que siete años dure. El perfil de bibliotecario encargado de la web social

Hombreras[Biblioblog] No conozco ninguna moda que dure siete años en estos tiempos, como se sugería en un reciente mensaje en Iwetel, y menos aún en el ámbito de la tecnología. Siete años han transcurrido ya desde que se comenzó a hablar sobre el uso de la web social en bibliotecas, la bibliografía profesional lo demuestra.

La realidad actual es que muchas bibliotecas están presentes en los medios sociales y es el propio personal bibliotecario quien se está encargando de su mantenimiento. Los medios sociales son hoy un medio de comunicación con el usuario y con otros profesionales –no olvidemos esta segunda utilidad–, igual que lo son el teléfono, el correo electrónico y las listas de distribución. Negar esa realidad es negar algo evidente.

Considero un paso importante que se haya abordado la definición del perfil de quienes se encargan de los medios sociales en el documento Perfiles profesionales del Sistema Bibliotecario Español: fichas de creación elaborado por el Grupo de Trabajo sobre Perfiles Bibliotecarios del Consejo de Cooperación Bibliotecaria. No cabe duda de que este paso beneficia a los profesionales. Independientemente del tiempo que las redes sociales nos vayan a servir como medio de comunicación, creo que el debate no está en posicionarse del lado del sí o del no, sino en cómo mejorar lo presente. Así nos lo recordaba hace unos días Catuxa Seoane.

Como señala Nieves González en su blog, en la definición del perfil de bibliotecario encargado de web social se echan de menos algunas funciones, como la monitorización y evaluación del plan de marketing en medios sociales. Yo añadiría también su elaboración, así como el establecimiento de puentes entre la biblioteca y los usuarios y la elaboración de informes periódicos. La escritura y edición de materiales multimedia es otra de las funciones que debe llevar a cabo este profesional, y que englobarían a todas las herramientas desglosadas. Por otra parte, opino que no es función imprescindible de este perfil conocer las opciones para adaptar contenidos para la web móvil, algo de lo que debería encargarse el técnico de tecnologías de la información, aunque el encargado de medios sociales sí deberá estar en contacto con los dispositivos móviles.

Me quedo con tres aspectos muy positivos: la diferenciación del encargado de medios sociales con respecto a otros perfiles, lo que implica una necesaria especialización y reconoce la carga de tareas, el reconocimiento de que todo el personal debe estar involucrado en los medios sociales y la participación en la elaboración del plan estratégico del centro.

¿Podrían las bibliotecas sustituir los ordenadores por tabletas y otros dispositivos móviles?

La cuestión formulada en el título de este post fue planteada por Dídac Martínez durante el XI Workshop de REBIUN (pdf) celebrado en la UPC el pasado 23 de noviembre. Sinceramente, no tengo una respuesta para ello, pero después de darle vueltas un par de días no me parece en absoluto descabellada, incluso creo que es casi hasta lógica.

Por una parte, si pensamos en ordenadores de uso público, las tabletas son las más adecuadas para sustituir al PC, y permiten un acceso cómodo a cualquier web, desde el periódico a la web de la biblioteca o el OPAC. Incluso acceder a redes sociales, correo electrónico o programas ofimáticos en la nube, como Google Docs, y también leer libros electrónicos en formatos ePub y pdf. Por otro, permitirían flexibilizar los espacios de la biblioteca y cambiar las mesas y sillas por cómodos sillones, ahorrando espacio y haciendo sentir al usuario como en casa.

Su coste no es mucho mayor que el de algunos PCs, incluso existen tablets más baratas que ellos. Y si hablamos de mantenimiento, es sencillo resetear. Como respondió Eva Patricia Gil durante el Workshop, los usuarios no los soltarían de las manos. Yo tampoco lo haría, desde luego.

El tema de la seguridad es el mayor inconveniente que se podría plantear, pues son muy golosos y habría que buscar alguna manera de evitar que se cuelen distraídamente en alguna mochila sin lastrar su movilidad. También habría que solucionar algunos aspectos relacionados con el mantenimiento, pues algunas tabletas necesitan crear cuentas para la descarga de apps.

Algo más difícil sería sustituir los ordenadores de uso interno, puesto que los ordenadores son óptimos para el uso continuado y en muchos puestos de trabajo se requieren programas especializados que no se pueden instalar en una tableta, pero seguramente para el desempeño de algunas funciones sería factible.

¿Podemos soltar lastre?

Actualización 01/12/2012: Los vídeos con las intervenciones en el Workshop de REBIUN pueden verse en UPC Commons.

Los futuros digitales: bibliotecas públicas y préstamo digital

La semana pasada se hizo oficial el anuncio de que la Enciclopedia Británica  dejaba atrás su andadura en papel para centrarse en su futuro digital. Cuando ni el peso de la tradición es suficiente para aferrarte a un modelo de negocio es porque las cosas han cambiado sustancialmente y la supervivencia no deja opciones.

Al igual que la Británica las bibliotecas tenemos mucho papel y mucha tradición a nuestras espaldas. Y andamos dándole vueltas a uno de nuestros negocios: la difusión de la lectura apoyada en el préstamo de los libros. Las bibliotecas públicas, abanderadas del betseller, estamos en una situación complicada. La fragmentación  del libro en dispositivo, contenido  y formato, además de una pérdida irreparable para el sentido del tacto de los nostálgicos :-),  es un reto de supervivencia que toda biblioteca debe acometer. Gestionar le lectura en la era digital es, de momento, una carrera de obstáculos: cacharros, drms, trabas legales…Hay quien defiende, no sin razón, que quizá debamos esperar a que las cosas se asienten para empezar a actuar. Bueno, de facto, es lo que estamos haciendo dado el retraso que llevamos respecto a las bibliotecas norteamericanas…pero podemos mirar.

En un muy interesante post publicado en el blog del Sedic se explicaba la situación a la que están haciendo frente las bibliotecas USA y las negociaciones tan peliagudas que estaban realizando para conseguir compatilizar el préstamo digital con los derechos de autor y la defensa del patrimonio de las bibliotecas. La negociación con editoriales, distribuidoras y autores es una cuestión de voces y tamaño; cuanto mayor sea el consorcio bibliotecario que vaya a negociar con una única posición mejores condiciones podrán obtenerse…y, sinceramente, creo que no estamos preparados para el envite.

Teniendo en cuenta nuestra dependencia de la administración y la cuestión de estado en la que se ha convertido la venta de papel que algunos dentifican con la Cultura me parece que la lectura se supeditará a la erradicación de la piratería. Tal vez esté equivocado pero siento que para la industria editorial tradicional somos parte del enemigo y puede ser un buen momento para hacer desaparecer ese mal hábito que supone leer sin pagar.

Sí, a las bibliotecas se nos escapa la gestión de los betseller en digital del mismo modo que a las editoriales inmovilistas el negocio y su futuro. Tiempo al tiempo.

Compartir Compartir nota en Twitter Compartir nota en Facebook