Los estudiantes de varias universidades podrán identificarse con sus móviles en el campus, también en la biblioteca

Apple Student ID

Imagen: Apple.

Este nuevo curso los estudiantes de las universidades estadounidenses de Duke, Alabama y Oklahoma podrán identificarse con su iPhone o su Apple Watch en sus respectivos campus. Para ello tendrán que incorporar a la app Wallet sus tarjetas de identificación, tal y como se explica en el soporte de Apple.

Con estas tarjetas digitales los estudiantes podrán acceder a diferentes recintos del campus, registrarse en eventos, realizar compras y tomar en préstamo libros de la biblioteca.

Por el momento se trata de un proyecto piloto, pero se prevee que para finales de año otras universidades se incorporen a este programa.

Wallet fue presentada en 2012 con el nombre de Passbook y desde entonces su uso —y el de aplicaciones equivalentes para Android, como PassWallet— ya es habitual para tarjetas de embarque y otros medios de transporte. No es tan usual encontrar bibliotecas que las utilicen para sustituir al carné de usuario, pero se están encontrando otras alternativas, como incorporar este uso en la app de la biblioteca.

 

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Contar historias: que gire la rueda

Hola, por si pudiera interesar…

Dada la poca imaginación de esta biblioteca (la mala praxis siempre en primera persona del singular, que somos muy susceptibles…) acostumbramos a martirizar a nuestros lectores con la mismas historias: las novedades, guías de lectura, algunos eventos especiales…; el pdf está muy bien para los folletos en papel pero cuando lo que queremos es que nos hagan caso desde un teléfono móvil (qué menos ahora que nos hemos lanzado a la conquista de las redes sociales) lo que enviamos desanima a cualquiera (sí, confieso, decidí escribir esto cuando en la pantalla del móvil me topé, una vez más, con un tuit bibliotecario que enlazaba a un pdf incrustado en Issuu).

Hay muchas herramientas que nos ayudan a soventar ese problema. Hasta que dejó de existir nos gustaba utilizar Storehouse porque permitía combinar texto, fotos y vídeos de una manera muy sencilla y con un resultado visual muy llamativo; también porque no exigía del lector darse de alta ni descargarse ninguna aplicación para ser consultada -algo sobre lo que ya reflexionó @narroyo -. Su defunción en julio de 2016 nos dejó huérfanos.

Hemos aprovechado las navidades para buscar sustitutos y hemos encontrado dos posibles candidatos.

Myalbum (ejemplo)

Ambas son muy fáciles de usar y (muy importante) se adaptan a todo tipo de pantallas. Otra herramienta que nos parece muy aprovechable es Storify.  Dice @jguallar en Curación de contenidos en bibliotecas mediante plataformas social media:

«Otro de los programas  más conocidos para hacer CC es Storify. Tiene una altísima flexibilidad y por ello enormes posibilidades para el sense making, al permitir integrar todo tipo de contenidos de la Web y de las redes sociales con comentarios propios, y crear un hilo narrativo como si se tratara de un artículo que incorpora piezas extraídas de Twitter, blogs, webs, etc. Ello le ha hecho bastante popular en determinados ámbitos como el del periodismo digital. Sin embargo, quizá debido a esas altas posibilidades narrativas, apenas se ha visto su uso por parte de bibliotecas. En el caso de éstas, casi siempre vinculado a la narración de actos que han tenido lugar en la institución o en los que la biblioteca ha intervenido, aunque también se ven algunos ejemplos de otros usos.»

Vale, emplear Storify para hacer un boletín de novedades es como poner al cocinero jefe a pelar patatas pero…queda tan bonito (y amigable) cuando se ve en una pantalla pequeña…;-)

https://storify.com/bibmus/otsailean-irakurtzeko

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“Roda”. Joan Brossa —1969-1989 Poema-objeto 114 x 114 x 30 cm Colección MACBA. Consorcio MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundación Joan Brossa

Moraleja: Ya sabemos que no somos originales ni en lo que contamos ni en el uso de la tecnología pero no es necesario descubrir la rueda todos los días, a veces es sufuciente con hacerla rodar de vez en cuando…

Los medios sociales se están transformando en canales de venta directa

Los medios sociales están dando los primeros pasos para convertirse en canales de venta directa, además de las plataformas de marketing que son ahora. Facebook, Twitter, Pinterest y otros medios están trabajando en botones de compra que permitirán a sus usuarios adquirir productos sin salir de sus dominios. Esta podría ser una interesante vía de financiación, uno de sus principales retos a ls que se han enfrentado.

Hace casi un año Facebook anunció su botón de compra, que apenas ha dado novedades desde entonces. Pinterest ha anunciado este mismo mes los buyable pins —pines susceptibles de compra—, que funcionarán próximamente en las aplicaciones para iPhone y iPad en Estados Unidos. Para hacer posible la venta Pinterest y Facebook colaboran con Shopify, una plataforma de comercio electrónico.

En Facebook y Pinterest los botones de compra se asocian a cada publicación y Twitter comenzó con esta misma idea, pero recientemente ha apostado también por unas páginas especiales para cada producto, sobre el cual se recopilarían una selección de tuits. La editorial Penguin Random House ha sido uno de los primeros aliados de Twitter en esta aventura y ya es posible adquirir algunos de sus títulos directamente desde esta plataforma.

Página de compra de Penguin Random House para el libro The Martian.

Página de compra en Twitter para el libro The Martian.

Esta no es la única novedad en Twitter. Como parte del proceso de compra utiliza las colecciones, que realmente son páginas en las cuales una persona o empresa influyente selecciona y recomienda varios productos a la venta. Cada uno de esos tuits con productos enlaza con una página de compra desde la que adquirirlos. Parece complicado, pero no lo es: con estas colecciones Twitter está promocionando la compra de determinados ítems a través de la prescripción. Para hacernos una idea, una de las primeras colecciones contiene productos seleccionados para los fans de Juego de Tronos por la cadena de televisión HBO. Y Penguin Random House también tiene su propia colección.

Hasta el momento los botones de compra están en modo beta y solo disponibles para unas pocas empresas, pero se espera que se más adelante otras tengan esta misma oportunidad.

La compra es solo una parte de la dirección que están tomando los medios sociales, que comienzan a introducir otros tipos de llamadas a la acción que no implican necesariamente un intercambio monetario. Así, las páginas de Twitter también dirigen a lugares y Facebook incluyó en su día las llamadas a la acción en sus páginas, que por ahora solo permiten comprar, reservar, jugar, registrarse, usar aplicación y ver un vídeo. Este podría ser el primer paso hacia otro tipo de acciones, aunque sin duda la compra es la más interesante en términos económicos.

¿Por qué hablamos sobre esto en un blog sobre bibliotecas? Si las bibliotecas son lugares, también podrían tener su propia página en Twitter, como los restaurantes que recomienda The Infatuation en su página —sirva de ejemplo este local en Brooklyn—. Por otra parte, la posibilidad de ampliar las llamadas a la acción más allá de la compra podría conducir a otras acciones, como tomar prestado un libro electrónico.La prescripción es una de las tareas que los bibliotecarios y quienes trabajan en el fomento de la lectura venimos llevando a cabo desde hace tiempo. Finalmente, las bibliotecas están utilizado desde hace tiempo los medios sociales como vías de comunicación y de promoción de sus servicios. Aten cabos e imaginen cómo podrían ser las cosas en este nuevo escenario, en eso consiste la innovación.

Piketty, la desigualdad económica y el papel de la biblioteca en la era digital

Llevo varios días leyendo en la prensa sobre el libro de Piketty, El capital en el siglo XXI, que defiende la tesis de que «la desigualdad económica es un efecto inevitable del capitalismo y que, si no se combate vigorosamente, la inequidad seguirá aumentando hasta llegar a niveles que socavan la democracia y la estabilidad económica», en palabras de Moisés Naim. Desde que estallara la crisis económica hemos visto en nuestro entorno más cercano cómo esa desigualdad ha ideo creciendo, por lo que la teoría de Piketty nos resulta evidente, sean o no ciertas las acusaciones de manipulación de datos que se han vertido sobre su obra.

La creciente desigualdad económica es un aspecto de especial relevancia para las bibliotecas públicas, que siempre han trabajado, y lo siguen haciendo, por acortar esa brecha económica y también la digital. Por eso las bibliotecas son ahora más necesarias que nunca y prescindir de ellas, como está sucediendo en algunos países, significaría un aumento de la desigualdad.

Las bibliotecas no son menos necesarias ante el avance de lo digital, sino que siguen siendo imprescindibles en la lucha contra la desigualdad. Esta es la idea con la que comienza Andrew Roskill, director ejecutivo de BiblioLabs, su charla en TEDx Charleston. En poco más de once minutos Roskill explica su teoría sobre por qué existe una gran diferencia entre el número de estadounidenses que considera importantes las bibliotecas (el 95%, según los datos de Pew Internet) y el porcentaje de población que las usa (52%).

¿Por qué la gente no utiliza los servicios de las bibliotecas, aunque crea que son importantes? Porque son complicadas. Esa es la respuesta de Roskill, para quien los sitios web de las bibliotecas son mucho más complicados que los de Google, Amazon o Apple. ¿Por qué hay mucha más gente que compra libros electrónicos en Amazon que libros impresos y, sin embargo, no se prestan más libros electrónicos en bibliotecas, a pesar de ser gratuitos?, se pregunta. Son cinco los puntos que Roskill recomienda a las bibliotecas:

  1. Enfocarse hacia los dispositivos móviles, que cada vez utiliza más gente.
  2. Hacer los sitios web más fáciles de usar, elegantes y de forma que enganchen.
  3. Atención al contenido: lo que la gente busca son best sellers, ¿por qué no dárselos?
  4. Curation, selección de contenidos y su puesta en contexto.
  5. Presencia física, que sigue siendo una ventaja competitiva también en el entorno digital.

En definitiva, las bibliotecas deben pensar como un negocio si quieren seguir tendiendo puentes que acorten la brecha económica y digital.

El elemento clave de Pinterest del que nadie habla en bibliotecas: su diseño

Hay tres elementos que hacen a Pinterest único: su capacidad para la curación de contenidos, permite conectar a las personas a través de sus intereses y su diseño. Sobre los dos primeros se ha hablado en la bibliografía profesional (Nieves González en Tendencias en Pinterest y las bibliotecas; Guallar y Leiva en El content curator), pero el tercero parece estar pasando desapercibido a la comunidad bibliotecaria.

¿Por qué no hay que perder de vista el diseño de Pinterest? Fundamentalmente, porque soluciona la cuestión del descubrimiento. En los sitios de compra en línea los productos se localizan navegando por categorías, incluso a través de un buscador. Eso es muy útil cuando se sabe claramente qué producto comprar, pero no cuando se busca un regalo para alguien y lo que se necesita es inspirarse.

PinterestA diferencia de Facebook o de Twitter, que se basan en actualizaciones ordenadas cronológicamente, Pinterest está diseñado como si fuera un escaparate, para que puedan verse varios productos a la vez. Y es que está inspirado en las tiendas físicas (fruterías, pescaderías o librerías, por ejemplo), donde se exponen los productos para que el comprador pueda verlos, según ha explicado en alguna ocasión Evan Sharp, diseñador de la plataforma. En Pinterest no se navega por páginas, sino dentro de la misma página, que se recarga constantemente, lo que le hace más adictivo, pues parece que nunca quieres dejar de seguir viendo imágenes que te gustan y que te descubren nuevas cosas.

Por eso el diseño de Pinterest ha sido adoptado en varios sitios de compra en línea — aunque originalmente la plataforma no fuera diseñada para el comercio—, hasta el punto de que se ha hablado de la pinterestización de estos sitios. Pero también se puede ver en redes sociales como Little Monsters, en sitios de compra de libros electrónicos, como 24Symbols —que sigue el modelo de suscripción— o en sitios web como el de la Biblioteca Pública de Nueva York, por citar un ejemplo más cercano.

Las bibliotecas están utilizando Pinterest como escaparate de novedades y recomendaciones de lectura. Esto implica un esfuerzo adicional, pues hay que subir las imágenes que representan a cada lectura una a una, con su correspondiente descripción y enlace al catálogo o al blog de la biblioteca donde se reseñan.

Si pensamos en la capacidad del diseño de Pinterest para el descubrimiento, la tendencia lógica es asociar esta idea a nuestros catálogos. Posiblemente el diseño de Pinterest sería una buena opción para facilitar el descubrimiento de lecturas a los usuarios y, desde luego, ahorraría el esfuerzo de volcar los contenidos a Pinterest. No se trata de cambiar el diseño del catálogo, sino de crear diferentes visualizaciones que atiendan a diferentes necesidades.

Sobre el diseño de Pinterest y otros aspectos de esta plataforma y su uso en bibliotecas hablamos Luis González y yo misma en Pinterest para bibliotecarios, un pequeño libro electrónico que puede descargarse de forma gratuita en formatos pdf, ePub y Kindle registrándose en Lectyo.com.

 Pinterest para bibliotecarios

Sobre Drones y otras maravillas tecnológicas como la localización en interiores. Estemos alerta

Ayer (o anteayer, o hace unos días, según cuando leas este «post»)  fue un día divertido gracias a  los “drones” o “vehículos aéreos no tripulados” originalmente para fines bélicos (sí, bélicos, pero recordad que Internet en su origen también fue con fines militares 😉 ) y que usará Amazon para la distribución de paquetes a domicilio.

Amazon Drones

A primera hora el colega Uri compartía por e-mail la noticia y al poco rato Honorio Penadés  y otros colegas compartían la iniciativa de Amazon en Twitter e incluso otros como Marcos Ros  publicaba  en su blog una entrada con referencia a una “joint venture” (bien, en realidad un acuerdo) entre  una biblioteca australiana y una empresa de alquiler de libros de texto, para el préstamo domiciliario de libros usando estos ingenios.

La tarde fue jocosa entre comentarios cruzados de miedos, de nuevas capacidades bibliotecarias como controlador de drones, nuevas necesidades de formación e incluso esribir un libro para la fantástica colección EPI-UOC  con alusiones a otros “juguetes” como los robots en bibliotecas y museos. Creo que lo mejor fue la imaginación para sacar partido a estos inventos y su uso aunque  de momento “ciencia-ficción” en nuestro entorno profesional.

Un par de días antes compartía una noticia sobre la localización en interiores y su posible uso en centros comerciales para conocer al detalle lo que hacen los clientes y enviar ofertas personalizadas.

A esto de la “localización en interiores” le veo también “juego” en la biblioteca: ¿A cuántos de vuestros usuarios habéis visto andar perdidos entre estanterías buscando un largo e incompresible topográfico que quizás por un “/” o un paréntesis está unas cuantas estanterías más allá?  Incomprensible para él, claro 😉  ….. podríamos recibir una alerta y levantar los ojos por encima del mostrador y ver si está consultando una obra o anda dando vueltas y si fuera este el caso dignarnos abandonar el mostrador y ofrecer nuestra ayuda.

Vamos que entre objetos voladores no identificados enviando documentos por el campus, robots que actúan como guías y tener a los usuarios “localizados” entre otras muchas cosas podemos tener biblioteca para rato.

Mi mensaje en este “post” es la alerta tecnológica: pensar en esas prestaciones que da la tecnología en otros contextos fuera de nuestro entorno y darle vueltas por si las podemos aplicar o adaptar a nuestras bibliotecas.

En algunos casos nos encontraremos obstáculos de capacidad, técnicos, presupuestarios u otros y tampoco es necesario ser “early adopters”: podemos esperar a que la tecnología madure un poco y  ver si nos puede ser útil y mejorar nuestra “calidad de vida” y la de nuestros usuarios 😉

¿Cómo estar alerta?,  hoy en día con la redes sociales es bastante fácil, solo hay que identificar a los “cracks”, también existen miles de “blogs” que comentan las novedades y algo más avanzado es seguir los Hype Cycle  de Gartner  Son de acceso restringido, pero si no podéis acceder, en la red circulan imágenes y “posts” comentándolos cada año.

Uno de ellos es el de tecnologías emergentes  ahí vemos conceptos muy “marcianos” (bueno, para eso tenemos nuestras fuentes de información para que las decodifique, ¿no?) pero otros son más familiares como “big data”, “cloud computing”, NFC o realidad aumentada.

Gartner's 2013 Emerging Technologies hype cycle

En esos gráficos podemos ver el estado de la tecnología (u otros conceptos relacioandos según el Hype Cycle) si es emergente, si está sobredimensionada, consolidada o bien entro en la etapa de decepción o llegó a su madurez además de la previsión de tiempo para que llegue a estarlo. Lo recomiendo.

Ya sabéis que este blog apostamos por los experimentos con gaseosa y brindamos con ella y como diría un famoso polemista: “vuestro turno”.