[Biblioblog] Educación y biblioteca nos deja. Tras 183 números y 22 años ofreciéndonos contenidos profesionales, crónicas, recomendaciones y reflexiones, Educación y biblioteca tiene que irse. La economía devora sin miramientos a la revista que ha narrado nuestra historia reciente. Educación y biblioteca ha sido testimonio del paso a la madurez de nuestra profesión, aliada de las causas bibliotecarias, divulgadora de los temas que nos preocupan, guía de lectores y animadores de la lectura, puente entre educadores y bibliotecarios, portavoz de las bibliotecas que sólo en esta revista tenían su hueco. Educación y biblioteca se hizo de amigos. Los directores y directoras de la revista y sus equipos de edición, diseño y administración han dado siempre la confianza a quienes teníamos algo que contar. Hemos sido cientos los colaboradores de Educación y biblioteca. Amigos que escribían para otros amigos en una revista amiga. Quedarán decenas de artículos en nuestras bibliografías, en nuestra memoria o en nuestra historia personal, porque somos muchos quienes hemos aportado y ha sido mucha la predisposición para permitir aportar, para ofrecer su páginas a los temas de interés profesional de cada momento, a las críticas de las obras más actuales, a las reseñas de los acontecimientos bibliotecarios más relevantes o al rescate de una historia que nunca debió ocultarse. Los responsables de Biblioblog, tercera edición también somos parte de ese grupo de amigos que se sintieron arropados por la revista. En ella hemos escrito y sobre ella hemos escrito; queremos reconocer a Educación y biblioteca su protagonismo en la divulgación de temas profesionales y su actividad como medio de expresión para quienes trabajamos en/con bibliotecas. 23 años sí son algo y no pueden pasar desapercibidos. Nuestra gratitud a una revista que, aunque haya sido otra víctima de los tiempos que ahora sufrimos, siempre será un referente de los tiempos que hemos vivido. Larga vida a Educación y biblioteca.
Educación y biblioteca, la isla de papel
por José Antonio Merlo Vega
Una isla de papel en un mar digital
Mi primera publicación profesional fue una pequeña colaboración para Educación y biblioteca, concretamente para el número 4, de febrero de 1990, recién nacida la revista. Poco después, volví a contribuir con otro pequeño artículo en el número 18, de junio de 1991, donde abogaba por ampliar la oferta universitaria de Biblioteconomía y Documentación a una titulación superior. Yo era entonces un vocacionado estudiante de Biblioteconomía y miembro de la combativa ADAB, asociación con la que peleamos lo habido y lo por haber para conseguir (con éxito) la necesitada Licenciatura en Documentación con la que asimilar la formación académica de los profesionales de la información al mismo nivel que el resto de las carreras universitarias. Desde entonces, mi colaboración con la revista y con sus directores y directoras ha sido constante. Puedo presumir de haber coordinado para Educación y biblioteca dossieres de los que me siento orgulloso, como son los dedicados a Castilla y León, Nuevas formas de informar, Biblioteca y municipio o los dos centrados en Web social y bibliotecas. En Educación y biblioteca publiqué mis 50 aplicaciones bibliotecarias de Internet, a la postre «best seller» de los temarios de oposición, o el artículo sobre tecnologías participativas que ha servido de introducción a la web 2.0 para numerosos profesionales. En todos estos años, nuestra profesión ha evolucionado y Educación y biblioteca nos ha ido mostrando el cambio en el que vivíamos, primero mes a mes y luego de forma bimestral.
Educación y biblioteca se ha convertido en una isla de papel en un mar digital. Ha querido ser una revista de las que se tocan, de las que se llevan en la cartera, de las que pierden su sentido si las páginas no se pasan al tiempo que se escucha el sonido del papel. La edición digital y los nuevos dispositivos de lectura aparecen en un momento en el que la revista tiene consolidada su trayectoria. Educación y biblioteca decide seguir fiel a su formato y mantiene las cuidadas ediciones impresas. El tiempo les dio la razón en que no todo tiene que ser digital, pero también el tiempo y el contexto de crisis económica son quienes provocan que modelos difícilmente sostenibles puedan seguir en pie. En nuestras hemerotecas, el devenir bibliotecario de un país ha tenido su hueco gracias a Educación y biblioteca.
El impacto de una revista
Siempre he considerado que Educación y biblioteca ocupaba un espacio único en el panorama editorial español, a pesar de como investigador -en constante proceso de evaluación, por tanto- publicar en una revista como ésta no beneficia para alcanzar impactos o citas medibles por las agencias de calidad a las que nos debemos. Me preguntan ¿por qué pierdes tu tiempo en publicar en revistas sin impacto? Y yo pregunto: ¿quién ha dicho que sólo el impacto científico merezca ser reconocido? Las revistas de divulgación son tanto o más necesarias que las científicas en disciplinas donde el carácter técnico es destacado, como ocurre en Biblioteconomía. Educación y Biblioteca nació en un momento en el cual las publicaciones especializadas en bibliotecas eran escasas y ha sabido convivir con las revistas hermanas, editadas por asociaciones y centros universitarios, responsables de la gran mayoría de las publicaciones profesionales. Educación y biblioteca supo enfocar sus contenidos y orientarse a lectores vinculados a bibliotecas públicas y escolares, poniendo una alta carga de sus páginas en la selección de los temas de portada, cuidando la estética en cada número y rodeándose de colaboradores comprometidos. El impacto profesional y, por qué no, el impacto social, han sido más determinantes para Educación y biblioteca que el impacto científico. En estas últimas dos décadas nuestra profesión ha madurado y la investigación en biblioteconomía también. Las publicaciones científicas y las profesionales conviven porque ambas tienen sus propios lectores, que a menudo coinciden, pero con frecuencia muestran intereses diferentes. La función informativa y la formativa que se desprenden de la cabecera de Educación y biblioteca se han cumplido desde el primer número hasta este último; independientemente del adjetivo que se le quiera poner ¿es o no es impacto?
La historia bibliotecaria de un país
Basta realizar un repaso a los artículos publicados en Educación y biblioteca para darse cuenta de que la revista representa la historia de las bibliotecas de nuestro país. Desde 1989, se han ido recogiendo los temas y acontecimientos más relevantes sobre bibliotecas escolares y bibliotecas públicas. Algunos de sus dossieres seguirán siendo referencia obligada en la bibliografía profesional y todos sus ejemplares son testimonio de la actualidad bibliotecaria de su momento, así como del desarrollo editorial sobre bibliotecas, literatura infantil y juvenil o educación. Los temas tratados a lo largo de estos 23 años han sido los que la profesión ha querido, porque ésa ha sido otra virtud de la revista, que ha sabido atender las sugerencias que se les expresaba para realizar dossieres temáticos, así como seleccionar a quienes destacaban desde la experiencia en los temas elegidos. Además, la línea editorial de Educación y biblioteca siempre fue afín a aspectos sociales que rara vez han sido recogidos en otras revistas del sector. De igual forma, la historiografía bibliotecaria española pasa a menudo por esta revista, ya que han sido numerosos y esenciales los números dedicados a personajes y temas históricos, sobre todo de la Segunda República y el Exilio Español, desde donde se reivindicó y sacó a la luz el trabajo realizado por los verdaderos responsables de la Biblioteconomía moderna en España. Tenemos en versión digital los primeros quince años de la revista, pero necesitamos tenerla toda descrita y en acceso abierto, como fiel testimonio de dos décadas de profesión en las que las bibliotecas del país han cambiado tanto como lo ha hecho el país mismo. Y, orgulloso, puedo decir que he aportado mi trabajo a la historia de nuestra profesión y que siempre perteneceré a la nómina de autores de Educación y biblioteca.
Educación y biblioteca, la isla de papel se publicó en el número 183 de Educación y biblioteca, el último número de esta revista; mi última colaboración para esta revista, para la revista en la que publiqué también mi primera colaboración y a la que mi vida profesional y personal siempre estarán unidas. Este texto es un pequeño homenaje a Educación y biblioteca, quien se merece el mayor de los homenajes, porque es parte activa de nuestra historia reciente.