Gaseosa tamaño familiar

Ya hace un tiempo comentaba en este espacio experiencias colaborativas poco formales y más terrenales. Poco a poco se van obteniendo resultados, pero en esta ocasión quiero comentar uno que desde mi punto de vista es relevante y es un ejemplo de colaboración.

Logo Bib@prop

Me refiero a la reciente puesta en marcha de una APP (Bib@prop = bibliotecas cerca) en la que los estudiantes de Catalunya pueden conocer en tiempo real cuales son las bibliotecas o salas de estudio más cercanas en donde estudiar. Esta APP forma parte de la iniciativa LABObiblioteques, un proyecto de colaboración entre diferentes redes de lectura pública y redes universitarias entre cuyos objetivos hay el de un mayor aprovechamiento de los recursos disponibles. Y precisamente de uno de los recursos bibliotecarios trata la APP: de sus instalaciones y de su disponibilidad y horarios.

El tema era: ¿Cómo conseguimos recopilar los datos como localización y horarios entre otros de casi 500 bibliotecas pertenecientes a tres redes de lectura pública y a ocho redes universitarias y meterlo todo en una APP? A priori no era tarea fácil con diferentes modelos organizativos y diferentes sistemas de gestión y de información.

Y de ahí el título de este post, algo ya debe estar inventado, solo hay que experimentarlo (con gaseosa, claro): Vimos que cuando buscas una biblioteca en Google, la página de resultados muestra a la derecha una pequeña ficha con los datos de la biblioteca. Y ahí estaba la clave si ya lo tiene Google, vamos a ver cómo podemos aprovechar esta información.

En la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC, ya hacía un tiempo que teníamos algo de experiencia en esa ficha gracias a una sugerencia de Mar Romaní y en las que nos organizamos para gestionar la información disponible en Google, sólo era necesario profundizar un poco más en esta funcionalidad..

Allá que vamos y vemos que se trata de una de las prestaciones de la família de Alphabet o Google, conocida como Google Business (anteriormente Google Places), que contempla la información que necesitamos para la APP como horarios, horarios especiales (especialmente útil para aberturas extraordinarias como en épocas de exámenes), imágenes, sitio web, teléfonos y dirección.

Además, vemos que se complementa con las búsquedas de Google y con Google Maps y de propina nos da las indicaciones para llegar, gaseosa en estado puro señores, solo hay que seguir investigando un poco más.
Descubrimos que todas las ubicaciones disponen de un identificador único o PlaceID i además dispone de una API con la que podemos recuperar la información a partir de este identificador.

Y para cerrar el círculo comprobamos que buscando bibliotecas por diferentes poblaciones ya nos aparece la ficha informativa en la parte derecha de la lista de resultados. Tambiéno con un simple zoom en Google Maps vemos la ubicación. Conclusión ya lo tenemos todo, solo falta recopilar estos identificadores o PlaceiD y a por la APP. Sólo hay que coordinarse.

Si, … pero

Abrir una gaseosa, no siempre es fácil: las ubicaciones existen, pero la información que contienen es poco fiable: horarios desfasados, datos incompletos, bibliotecas que cambiaron de ubicación etc… y que en la mayoría de ocasiones el lugar lo debe haber creado Google o algún ciudadano, rara es la biblioteca que gestiona esa información.

Pues el primer paso es reclamar la “titularidad” del lugar, o si no existe crear la ubicación y una vez realizados los trámites actualizar la información de la biblioteca. Para eso creamos unas pautas que se distribuyeron entre las diferentes redes y en dónde al final se recogen los PlaceID en un formulario (también de Google, claro).

Durante el proceso de revisión, a por la APP

En paralelo vamos investigando como crear la APP Y de esto se encarga Fran Mañez que ya tiene experiencia en temas de geolocalización como el portal Geocommons que desarrollamos en la UPC a partir de contenidos geolocalizables del repositorio institucional de la Universidad.  Reuso del conocimiento en estado puro, amig@s.

Apostamos por Ionic un Kit de desarrollo de software (SDK) en código abierto que trabaja bajo Angular 2 y Apache Cordova y en dónde vía REST nos retorna la información de las bibliotecas vía el PlaceID en formato JSON con el que se construyen los contenidos en la aplicación.

¿Qué hemos conseguido?

Bien, pues la tarea ya es una realidad, la APP para Android ya está disponible en la Play Store y en breve en Apple iTunes, pero además creo que hemos obtenido otros beneficios:

  • Por primera vez en Catalunya esa deseada colaboración inter-redes de diferentes tipologías para compartir recursos. concretamente los espacios.
  • Nos hemos coordinado y distribuido las tareas de recopilación de los PlaceID sin interferir en los procesos y flujos de trabajo de cada red. Cada una se ha organizado como le ha ido mejor: de forma centralizada en algunos casos y descentralizada en otros.
  • Hemos aprendido lo que Google sabe de las bibliotecas y cómo modificarlo.
  • Algunas redes empiezan a compartir la gestión con los servicios centrales para tener una visión más amplia de la red
  • Descubrimos que hay unas estadísticas (Insights) con las que sabemos cómo han llegado a la información (Google Search o Google Maps), si a partir de ahí, nos han llamado con sus smartphones, si le han indicado a este cómo llegar, la visualización de imágenes, si visitaron la web y naturalmente gestionar los comentarios y opiniones que la mayoría de bibliotecas desconocían o no sabían qué hacer con ellos.

En resumen, mucho más que una APP, una nueva acción colaborativa y hemos tomado las riendas de una información que no gestionamos. Bien, esto mientras dure Google Business, que a Google cuando lo le salen las cuentas, cierra el servicio, el próximo Google Talk, pero ya sabemos eso del «beta permanente».

¿Qué contiene la APP?. Pues, información de casi 450 bibliotecas entre la redes de la Generalitat de Catalunya, de la Diputació de Barcelona i de Biblioteques de Barcelona, además de las bibliotecas universitarias de la Universitat Politècnica de Catalunya, Universitat de Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona, Universitat Oberta de Catalunya, Universitat de Girona, Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, Universitat de Lleida y Universitat de Vic.

La APP muestra sus horarios (y si en el momento de usar la APP está abierta o cerrada), las más cercanas y el tipo de biblioteca

A propósito, ¿Alguien se anima a ampliarlo al resto de bibliotecas del Estado?

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Muchas gracias / Mila esker / Moitas grazas / Moltes gràcies

*Nota del @ferjur para entender el texto. En Euskadi funciona un servicio de préstamo interbibliotecario (financiado por el Gobierno Vasco) que junto con el catálogo unificado y el carnet único han ayudado (bajo mi punto de vista) a mejorar la calidad del servicio ofrecido. Por diversas razones (carga de trabajo extra que no se puede/quiere asumir, considerar que el esfuerzo presupuestario propio debe revertir exclusivamente en la propia biblioteca y sus vecinos, desacuerdo con las «reglas de juego» mínimas…) no todos pensamos lo mismo.

La biblioteca de Muskiz ha experimentado un gran salto de calidad gracias al apoyo de esas bibliotecas que han apostado por el préstamo interbibliotecario y quería dar las gracias. Aprovecho el mensaje que hemos enviado a nuestros colegas de las bibliotecas de Euskadi para volver a visitar este blog.

 

img_0183Mila esker / Muchas gracias

Desde que empecé a trabajar mantengo una hoja de cálculo en la que apunto asistencias y préstamos. Sí, la biblioteca es algo más («mucho más» nos gusta pensar) que lo que insinúan esos dos indicadores pero los considero un buen termómetro. A 1 de enero nuestro reto es superar la cifra del 31 de diciembre y cada final de año me entretengo, más de lo razonable, contando los préstamos que faltan o sobran para lograr el objetivo. 11.724 marcaba la casilla final en 2015; a pesar de recortes y paradigmas digitales, para este 26 de diciembre ya habíamos trasegado más de 11.724 libros, revistas, películas y saludos.  Como en años anteriores, el logro sería inalcanzable sin el préstamo interbibliotecario (el 5% de esos préstamos, unos 620 ítems. Mapa de procedencia).

Nunca me había planteado lo que supondrían en dinero los servicios que prestamos; incluso ahora que  necesitamos  demostrar que no somos gasto sino inversión miro con escepticismo las cuentas que realizamos sobre la biblioteca (si desconfío de las estimaciones que se hacen cuando hablan del monto de la piratería digital cómo no hacerlo de las que realizamos sobre el valor económico de nuestros servicios). Aún así, para poder hablar en el mismo registro que utilizan mis políticos cuando me tocan los presupuestos, recurro a la calculadora bibliotecaria que han preparado nuestros colegas navarros: a ver, 12,90 € el préstamo del libro, 1,92 € las revistas, 2,63 € las pelis, 8,74 los cds… por 11.7ymuchas transacciones en 2016… unos 100.000 € de servicios prestados y no cobrados. El 5% del préstamo realizado en Muskiz gracias al aporte de otras bibliotecas ha permitido ahorrar/sobredimensionar/ofrecer servicios adicionales por un valor de 7.740 € (más que el presupuesto asignado para compras de fondos en 2016).

Me parece que las cifras (necesarias aunque no sé si creíbles…concedámonos el beneficio de la duda) no reflejan toda la realidad. El préstamo de un libro, más allá del argumento del (hipotético) retorno de la inversión que podemos emplear para negociar presupuestos, nos ofrece la oportunidad de conversar y «exponer/mostrar/vender» un renovado concepto de biblioteca (ahora que estamos tan necesitados de demostrar «valor»). Y sabemos (porque así nos lo hacen saber los lectores) que cuando lo que prestamos viene de otras bibliotecas la satisfacción aumenta, se modifica (para bien) nuestra imagen y la creación de valor se multiplica. El valor es un intangible que depende de los estados de ánimo…

Muchas veces nos preguntan sobre los mejores servicios bibliotecarios; siempre apunto tres:
– la amabilidad de l@s profesionales (el factor humano),
– el wifi abierto y sin contraseñas (oferta tecnológica amigable y flexible)
– el préstamo interbibliotecario (esa cooperación que permite el reescalado de nuestros servicios).

La combinación de los tres hace que quien entra en una biblioteca, bien como usuario, bien como profesional, se sienta cómodo. La amabilidad y el wifi corren de mi cuenta, el préstamo interbibliotecario de la vuestra. Y por eso quiero daros las gracias.

Gracias porque nos ayudáis a paliar las deficiencias presupuestarias, a gestionar mejor nuestro fondo, a mover libros que no sabíamos que estaban en nuestras baldas, a recibir felicitaciones por hacer nuestro trabajo; gracias porque estamos haciendo sentirse especial al usuario que espera un libro, una película  y se alegra con el mensaje  que le anuncia que ya ha llegado y que, cuando quiera, puede pasarse por la biblioteca; gracias por ese vecino que ha vuelto porque le han comentado que si necesita un libro los de la biblioteca se lo traen de donde haga falta; gracias porque nos demostráis que se puede ser parte de una gran biblioteca (la mayor de Euskadi, no lo olvidemos) sin perder personalidad, autonomía e idiosincracia; gracias porque asumís un trabajo extra en vuestra ya de por sí saturada jornada. ¡Ah! y gracias por esa lección de «Reciclaje aplicado al embalaje de libros» que me dispongo a poner en práctica para devolver lo que os debo 🙂

Feliz año nuevo / Urte berri on

Fosilización, darwinismo y pedagogía

1050257El otro día una compañera bibliotecaria  difundió, entre triste e indignada, la columna de opinión que un escritor/editor había firmado en un suplemento dominical. En el artículo (que podríamos traducir como ¿Las bibliotecas regalan los libros?) manifiesta su preocupación ante las nuevas prácticas que se están propagando entre las bibliotecas públicas que frecuenta. Se refiere a la manía que nos ha entrado a los biblitecari@s por no recoger libros que, ante la preocupante falta de espacio en domicilios y trasteros,  vecinos y usuarios quieren donar y, (en este punto mostraba su gran preocupación)  a esa costumbre de regalar los libros que expurgamos. Tras enumerar los objetivos de las bibliotecas (impulsar la lectura, garantizar el acceso a la cultura escrita, custodiar y conservar el patrimonio literario) añade que la riqueza (en cantidad) del fondo bibliográfico siempre ha sido motivo de orgullo de las grandes bibliotecas, aún siendo conscientes de que muchos de esos libros no serán leídos, no entendiendo porqué no se aplica ese principio en la biblioteca de su pueblo. No sabe quién es el responsable de tales decisiones («políticas, en última instancia») y cree que si bien un vecino puede alegar falta de espacio ese argumento no es válido para un ayuntamiento, que debería guardarlos en cualquier sitio, ordenados en cajas…aunque nadie se lo demande. Entre los libros «a regalar» había también autores conocidos, pilares de nuestra cultura que con esas prácticas estarán inaccesibles y nos abocan a un futuro sin legado cultural.

Decía que mi compañera está entre triste e indignada porque quien eso piensa y escribe es un buen usuario de bibliotecas, una persona sensibilizada con nuestra labor…y no entendía sus argumentos, su incapacidad para saber lo que hacemos.

El artículo de opinión es la defensa  de una (idea fosilizada de) biblioteca que ya no existe porque no puede existir; el acceso a la lectura, a la información, al ocio puede hacerse por medios y cauces diversos; el libro en papel es uno de ellos pero no el único; cualquier biblioteca garantiza el acceso, la conservación y custodia de nuestro legado cultural gracias a la implementación de las tecnologías de la sociedad de la información y ofrece un servicio de más calidad que en cualquier otro momento pasado. El expurgo es necesario porque es imposible comprar todo y almacenar todo; pero expurgar no es sinónimo de desaparecer, no por lo menos en estos momentos. Las bibliotecas evolucionan y aquellas que no gestionen bien su colección (papel, bites) su espacio (físico o virtual) y su relación con los usuarios desaparecerán.

El usuario, las personas, son nuestra razón de ser. Necesitamos lectores, usuarios, personas que se acerquen a la biblioteca y  demanden servicios. Y necesitamos pedagogía para explicar qué hacemos, que ofrecíamos y que ofrecemos…antes de que algún político nombre director de nuestras bibliotecas a algún escritor con ideas preconcebidas 😉


Donde siempre como nunca

Ahora que algunas bibliotecas hemos empezado a descatalogar tiempo de silencio nos interesa tener una conversación fluida con nuestros usuarios. Desde que un usuario entra en la biblioteca debemos lanzarle señales inequívocas de que queremos hablar. Y hasta en eso, en los canales de comunicación/conversación, tenemos que adaptarnos.

A veces buscamos la conversación parapetados en las paredes de nuestros despachos; cuando empecé en la biblioteca -1988 – me molestaba la gente que se asomaba a curiosear desde fuera aprovechando el cristal de la puerta; cansado de tanto fisgón corté de raiz el problema mandando colocar una puerta opaca; toda una declaración de intenciones: «este es un lugar serio y se viene a estudiar, a leer…»Veinte años despueś, al remodelar la biblio, hice lo mismo: mandé cambiar las puertas…por unas de cristal que permiten vernos aunque no lo desees; seguimos siendo un lugar serio y respetable 🙂 pero nos parece más interesante que nos vean, animar al transeunte a pasar dentro y darse una vuelta, a ver, curiosear.

Cuando entramos en un bar nuestra intención es tomar algo con los amigos pero no podemos evitar mirar esa pantalla de tv que nos lanza mensajes: deportes, videoclips…Desconozco cual es la intención de una persona cuando entra en una biblioteca, pero sé que también podemos utilizar una pantalla para lanzar mensajes cortos (portadas de novedades, horarios…) que incentiven el «consumo» la conversación.


Saramago en la Biblioteca de Muskiz

Saramago en la Biblioteca de Muskiz

El papel sigue siendo un gran soporte y un buen pretexto para iniciar la conversación; pero tenemos que hacer de ese papel una puerta de cristal. Esas guías de lectura a las que tan aficionados somos en vacaciones y defunciones pueden volverse más fluidas si facilitamos las cosas. El papel nos dice que tenemos tal o cual libro en la biblioteca, que vayamos y busquemos en el catálogo, por ejemplo, las obras de Saramago. El mismo papel podría decir eso mismo pero con un dibujito que nos lleve directamente a esa búsqueda utilizando un teléfono móvil con lector de códigos qr. El papel transciende de esa manera el soporte y facilita la comunicación más fluida; dejamos de centrarnos en el soporte para hacerlo en el mensaje y le decimos al usuario que nos va a encontrar donde siempre pero como nunca 🙂


Descubriendo la biblioteca en el desayuno

[Biblioblog] Imagina que estás desayunando y encuentras, en el dorso de tu caja de cereales, publicidad de las bibliotecas de tu ciudad. Seguramente pensarías que aún no has despertado y tomarías un sorbo más de café. Esta situación no es fruto de mi imaginación, sino una pequeña parte de la campaña @ your library que la ALA ha puesto en marcha para promover la labor de las bibliotecas estadounidenses y que se extiende a todo el mundo gracias a la colaboración con la IFLA.

atyourlibraryDurante el mes de octubre se han lanzado dos de los cinco anuncios previstos. Impresos en cajas de cereales de la marca Safeway Inc., se venden en más de  1.500 tiendas de todo el país. En cada uno de esos anuncios se hace hincapié en alguno de los beneficios que los ciudadanos pueden obtener de las bibliotecas:

  • La gratuidad de los servicios bibliotecarios. Para demostrarlo han diseñado una calculadora para descubrir el coste de los servicios bibliotecarios, que es siempre igual a cero.
  • El aprendizaje continuo a o largo de toda la vida.
  • La biblioteca como una ventana para descubrir el mundo.
  • Algunas curiosidades sobre el funcionamiento de las bibliotecas.
  • Descubrimiento de las raíces familiares.

Además del hecho, muy poco habitual en nuestro país, de encontrar publicidad de los servicios públicos, y menos aún en el caso de las bibliotecas, esta campaña muestra un claro objetivo: lograr una mayor visibilidad social para las bibliotecas y el trabajo de sus profesionales. Se trata de un tema de sobra conocido entre los profesionales, pero no resuelto.

¿Crees que las bibliotecas de nuestro país deberían lanzar campañas de publicidad como ésta o lo consideras innecesario?