
¿Te animas a contarnos las tuyas?
¿Te animas a contarnos las tuyas?
Northwestern University Knight Lab es una comunidad de diseñadores, desarrolladores, estudiantes y educadores que trabajan para llevar el periodismo a nuevos espacios. Construyen herramientas – de código abierto y muy fáciles de usar – que pueden ayudar a contar historias. Tal vez la más popular sea TimelineJS.
Estuario del Barbadun a mediados del siglo XX. Muskiz. Bizkaia
Las bibliotecas seguimos siendo la primera opción para todos aquellos que necesitan información local, sea del tipo que sea, pero ya no es suficiente con recoger y difundir lo aparecido en la prensa, las publicaciones oficiales y el libro de aquel erudito que editó el ayuntamiento hace años. En la sociedad conectada el hecho local es cotidiano, plural, multimedia y se difunde a través de la redes por ciudadanos que comparten sus vivencias con otras personas. Si queremos mantener y difundir la memoria necesitamos una actitud proactiva que anime a contar nuestras pequeñas historias. Desconocemos la receta pero no alguno de sus ingredientes: asumir nuestro papel de prescriptores de información, animar a contar historias que puedan ser reutilizadas e impulsar la creación para que llegue a todo tipo de usuario y pantalla.
En la biblioteca de Muskiz, fieles a nuestra naturaleza más práctica que teórica, nos gusta, entre café y café, predicar con el ejemplo (aunque sea malo…efectos secundarios de la cafeína) así que hemos explorado las posibilidades de dos de las herramientas de Knight Lab (Storymap y Juxtapose) para contar algo sobre el río que vertebra nuestro pueblo. El resultado (en estado “alpha”): “Barbadun, el eje de la vida”.
Esperamos que os sea de inspiración 🙂
Finalizamos la serie de posts sobre las XV Jornadas Españolas de Información y Documentación (FESABID 2017) con este cuarto resumen. Sé que quedarán muchas cosas en el tintero, así que estáis invitados a completar la historia, todas las aportaciones serán bienvenidas.
En este último Fesabid se ha aprovechado hasta la tarde del viernes, con un variado y ameno programa, que una tarde da mucho de sí. Comenzó con un pasapalabra temático en el que Pilar Sánchez Vicente, con la energía que le caracteriza, iba distribuyendo las palabras del rosco entre el público y los dos participantes, Verónica Juan-Quilis, directora de la Biblioteca Virtual del Sistema Sanitario Público de Andalucía, y Julio Alonso Arévalo, bibliotecario de la Universidad de Salamanca.
Salieron en el rosco palabras como alfabetización, digital, open access, ebooks, móvil, habilidad, jefe, Facebook, app, TQM, taxonomías, sinsentido, transmedia, Wikipedia o usuario y, al contrario que en el programa, los participantes las completaron con una definición muy personal. Alonso Arévalo destacó que todo bibliotecario debería tener la habilidad de tratar con las personas y recomendó Flipboard como app que todo bibliotecario debería tener. Juan-Quilis reconoció haber aprendido de la profesión la capacidad de adaptarse al medio, plasticidad, y contó que lo más original que ha visto en una biblioteca es a una bibliotecaria pintarse las uñas. Entre anécdotas, risas y algún chiste, se pasó la hora de la siesta.
Pasapalabra bibliotecario, con Verónica Juan-Quilis, Julio Alonso Arévalo y Pilar Sánchez Vicente.
Ferran Adrià fue el ponente encargado de cerrar las Jornadas. Durante su charla explicó la metodología Sapiens, cuyo objetivo es comprender una disciplina o área del conocimiento identificando conceptos o categorías y conectándolos entre sí. Se trata de Investigar diferentes aspectos relacionados con el objeto de estudio (léxicos, semánticos, conceptuales, históricos, geopolíticos, socioculturales, etc.) gracias a operaciones cognitivas (observar, contextualizar, conceptualizar, ordenar, etc.).
Según explicó Adrià, en los últimos años se ha dedicado a aplicar esta metodología en su área, la cocina, que tiene un carácter más profesional que académico, por lo que la investigación es prácticamente inexistente. Uno de los resultados de este proyecto que está llevando a cabo desde la Fundación El Bulli será la Bullipedia, una enciclopedia gastronómica que aún no ha visto la luz.
Una idea que me resultó especialmente interesante de este proyecto es el replanteamiento de todo lo que se conocía hasta ahora, incluso lo más básico, como puede ser la diferencia entre frutas y verduras, para construir el conocimiento desde el principio. ¿Imaginas qué pasaría si cuestionamos el status quo de nuestra profesión?
Ferran Adrià explicando la metodología Sapiens.
Tras la entrega de los premios a los mejores pósters y del premio Fesabid, Glòria Pérez Salmerón inició un merecido turno de agradecimientos a todos quienes han trabajado para hacer posibles estas Jornadas, desde el comité local al científico, pasando por la organización y las asociaciones que integran Fesabid. Me uno a los agradecimientos, porque sé que detrás de todo esto están muchas horas de trabajo y mucho esfuerzo e ilusión por que todo saliera tan bien. Desde luego, los pamploneses se han revelado como unos estupendos anfitriones y Fesabid ha mantenido tan alto el listón de las Jornadas como hasta ahora.
Como ya es tradición, se anunció que Barcelona será la sede de las siguientes Jornadas. Para finalizar, Alicia Sellés trasladó, a modo de conclusión, algunas frases que recogió entre los asistentes.
Clausura de las Jornadas.
Aunque los contenidos no dejan de ser importantes, lo más valioso de cualquier encuentro profesional son los momentos que se comparten con los compañeros de otras bibliotecas y las conversaciones informales, que son las que realmente crean el tejido de cooperación que se palpa en esta profesión. El mundo digital ha demostrado que charlar cara a cara y tomarse unos zuritos juntos es algo insustituible. Estas conversaciones se vuelven más fáciles en una ciudad como Pamplona, donde todo está a un paso, y con un comité local como el pamplonés, que con el gran trabajo realizado lo ha hecho todo más cercano aún.
Visitas por la ciudad, pintxo-pote por el casco histórico para comenzar las Jornadas, visitas a la catedral, al Archivo Real y General de Navarra y al Museo Oteiza y una cena-cóctel que se alargó hasta las copas. Pero, eso es otra historia y, como alguien dijo, «lo que sucede en Fesabid se queda en Fesabid».
Durante el 26 de mayo de 2017, segundo día de las Jornadas XV Jornadas Españolas de Información y Documentación (FESABID 2017), se trataron temas como la transformación digital, la narrativa digital y transmedia y los nuevos hábitos de consumo cultural, pero también se explicaron nuevas experiencias en bibliotecas y el Clúster Fesabid. Se resumen a continuación algunas de las ideas más importantes que recogí durante la primera parte de la Jornada.
Mereció la pena madrugar para escuchar a Genís Roca, a pesar de que algunos nos acostamos más tarde de la cuenta tras la cena de las Jornadas. Roca comenzó exponiendo cómo ha ido evolucionando la web con la intención de describir cómo es actualmente y los cambios a los que nos enfrentaremos en los próximos años.
En una primera etapa (1995), la web era claramente corporativa, construida por empresas. En eso momento la preocupación estaba en la digitalización de los contenidos y en el acceso, en la brecha digital. La segunda etapa (2005) corresponde a la llamada Web 2.0 y la atención se trasladó a los internautas y a la conversación con ellos. En este momento la preocupación se centra en la gestión de la reputación y en la conversación, en el trato cercano con el usuario, explicó Roca. Recientemente se ha iniciado una tercera etapa (2015) donde la atención se centra en los datos y en la eficiencia de la gestión. En este momento la innovación está en el tratamiento rápido de los datos que se generan en tiempo real, capturados por sensores que se sitúan en los objetos, y podría implicar un profundo cambio en los modelos de negocio.
Esta etapa se caracteriza por los siguientes aspectos, en palabras de Roca:
La velocidad de los cambios se acelera y la capacidad de reacción debe ser cada vez más rápida. En este sentido, Roca nos dejó la siguiente frase a modo de conclusión y reflexión final: «¿Estás preparado para cambiar y ya no dejar de hacerlo a una velocidad razonable?».
Genes Roca explicando la evolución de la web.
Moderada por Marc Garriga, en esta mesa se compartieron cuatros iniciativas en bibliotecas: el Wow Room de la IE Library, la Biblioteca de Tabakalera y los Library Living Lab de Sant Cugat.
Amanda Marcos, de la IE Library (IE Business School), explicó con un vídeo los Wow Room, inspirados en HBX Live de Harvard Business School. Se trata de un espacio virtual de aprendizaje basado en videoconferencia. También mostró un vídeo en sobre Pepper, un robot asistente bibliotecario. Sin embargo, debo confesar que no entendí cómo se formaliza la integración de la biblioteca en la Wow Room, una de las cuestiones clave en la enseñanza universitaria online, y la aportación de nuestro nuevo asistente respecto al resto del personal.
El proyecto de la Biblioteca Ubik de Tabakalera lo conozco mejor, puesto que hace unos meses Arantza Mariskal tuvo la amabilidad de explicárnoslo durante una visita. Se trata de uno de los nuevos proyectos más honestos y realistas que conozco de primera mano. La propia Mariscal reconoció durante su exposición en las Jornadas que no utilizan el término innovación, pues las ideas las han tomado de otras fuentes para después aplicarlas a su caso concreto. ¿Cómo definirlo? Se trata de una biblioteca donde el usuario puede hacer cosas (desde tocar un instrumento musical a editar un texto) y compartir conocimiento, aprendiendo unos de otros.
El Library Living Lab de Volpalleres (Sant Cugat) es, en palabras de Marta Cano, un espacio de experimentación desde el que se quiere explorar cómo la tecnología modifica el acceso a la cultura por parte de los usuarios. El método consiste en identificar un reto social (por ejemplo, la relación entre colección física y virtual), realizar acciones y generar conocimiento a partir de ellas, por ejemplo en forma de un documento de trabajo. En este caso los proyectos se realizan de forma colaborativa y la implicación de la ciudadanía a través de la asociación de vecinos es fundamental. En otras ciudades, como Santa Coloma de Gramenet y Granollers, la Diputació de Barcelona ha implementado BiblioLabs y tiene previsto extender el modelo a otras bibliotecas de la red, según ha anunciado recientemente.
Sesión sobre casos de éxito en bibliotecas.
Glòria Pérez-Salmerón, presidenta electa de la IFLA, expuso después de la pausa del café la estructura de la IFLA, los diferentes proyectos en los que está embarcada y algunos de sus principales logros. Se trata de una asociación con noventa años de historia en la que España participa desde hace mucho tiempo, recordó Pérez-Salmerón. En este momento existen cuatro iniciativas clave: bibliotecas y su papel en la sociedad actual, información y conocimiento, conservación del patrimonio cultural y capacitación.
Hace unos años la IFLA lanzó el Trend Report, que recoge las principales tendencias en el mundo de la información y se actualizará cada cinco años. La última actualización recoge cinco tendencias: la expansión y limitaciones de las nuevas tecnologías en el acceso a la información, la democratización de la formación online, la redefinición de los límites de la privacidad y los datos, el empoderamiento de nuevas voces en las sociedades hiperconectadas y la transformación del entorno global de la información.
Un papel fundamental de la IFLA consiste en ejercer presión ante los gobiernos y los organismos internacionales con el fin de garantizar el acceso a la información. En este sentido, se trabaja para situar a las bibliotecas como elementos clave en la agenda 2030 de la ONU. Para facilitar la implantación a nivel local y regional se ha creado el documento Las bibliotecas y la implementación de la Agenda 2030 de la ONU.
Otros de los aspectos en los que trabaja la IFLA, según aclaró Pérez-Salmerón, consisten en la identificación de líderes a nivel regional y local, en la celebración de varios talleres regionales (uno de los cuales se celebrará en Madrid en julio) y en recabar datos globales sobre el número de bibliotecas, que se desconocen en algunos países.
Glòria Pérez-Salmerón explicando los programas de la IFLA.
La última sesión de la mañana en las Jornadas estuvo dedicada a la narrativa transmedia. Pero, ¿qué significa realmente esa palabreja? En palabras de Moisés Mañas, el concepto de transmedia «se basa no solo en el cruce de medios sino también en parámetros de cocreación, colaboración y juego. La historia transcurre a través de diferentes formatos con la posibilidad de ser creada por el mismo público que la disfruta.»
Alberto Fernández, subdirector de Contenidos y Transmedia de rtve.es, narró la experiencia de la serie El Ministerio del Tiempo, que constituye un caso excepcional ya que consiguen que la serie se mantenga y ha logrado generar una comunidad de fans muy activa alrededor de ella, ya que aporta contenidos de valor. Un juego, una app, podcasts, un exclusivo grupo de WhatsApp, Instagram, Twitter, un episodio de realidad virtual interactiva, un cómic y otros elementos, basados en cuatro pilares —comunidad, lenguaje, relevancia e innovación—, contribuyen a ampliar la historia y a generar una experiencia transmedia única para los seguidores de la serie, según explicó Fernández.
La Cadena Ser publica dos tipos de podcasts a través de la plataforma Podium: los podcasts de programa, que son una grabación del programa emitido que después se cuelga en la web, y los podcast producidos de forma exclusiva para la web. Así lo explicó María Jesús Espinosa, jefa de proyectos Podium Podcast en Prisa Radio. Además también se publican en esta plataforma antiguos programas digitalizados.
La mesa de debate fue moderada por Mario Tascón y contó con la participación de Francisco Sierra Hernando, director de contenidos de Atresmedia Digital.
Alberto Fernández explica los proyectos transmedia de El Ministerio del Tiempo.
En este segundo post sobre las XV Jornadas Españolas de Información y Documentación (FESABID 2017) se resumen los contenidos de una parte del primer día, 25 de mayo (para saber más sobre la primera, visiten este enlace). Se incluyen dos de las sesiones más prácticas y participativas: uno de los talleres y la sesión de pósters.
Después de un reparador café, Pep Casals y Marc Folia, de la empresa Nubilum, presentaron varias herramientas de Poligraf para la normalización de los fondos. Casals y Folia recordaron que queda mucho trabajo por hacer por la presencia en internet de las colecciones de los museos, puesto que en muchos casos ni siquiera aparecen en los catálogos y una gran parte de ellos no está digitalizada. Tras una explicación técnica sobre interoperabilidad, estrategia de integración de datos y esquemas de metadatos, hablaron sobre Linked Data, que ha permitido compartir fondos y relacionar información de una misma organización, dispersa en varias bases de datos. Desde su punto de vista, y dado que este proceso requiere un gran esfuerzo, es recomendable enfocarse al 80% de los resultados, los que hacen únicas a nuestras colecciones y marcan su carácter, a los elementos más originales. Siguiendo la Ley de Pareto, esto supondrá tan solo el 20% de nuestros esfuerzos.
Pep Casals y Marc Folia, de la empresa Nubilum.
Esta edición de las Jornadas se ha caracterizado por unos contenidos más enlatados, puesto que la mayor parte de las intervenciones han venido de la mano de ponentes invitados. En esta ocasión, los profesionales solo han contado con una hora para exponer sus pósters, ya que no ha sido posible la presentación de comunicaciones, como era habitual hasta el momento.
Exposición de los pósters presentados en Fesabid 2017.
La sesión de presentación de pósters ha sido una de las más dinámicas y divertidas de las Jornadas. Con 59 segundos para defender cada póster, han sido numerosos los participantes y el nivel ha sido alto, tanto en el diseño como en los contenidos. Algunas imágenes de los pósters han circulado en Twitter bajo el hashtag de las Jornadas, #JEID17.
Un momento durante la presentación de pósters.
Finalmente, el premio al mejor póster ha ido a parar a la Biblioteca de Bellvitge, que contaba la experiencia de su blog y también participaba con otro póster sobre su cuenta en Twitter, @BiblioBellvitge. El póster de la Biblioteca del Conservatorio de Música de Oviedo ha sido oficialmente el mejor valorado en cuanto a la presentación y el que más sonrisas ha arrancado, con la simpática representación de Mercedes Fernández de una usuaria hablando por teléfono con una amiga sobre los servicios de la biblioteca. La Biblioteca del Museu Valencià d’Etnologia ha obtenido el premio al mejor diseño con un póster con códigos QR. Estos premios se entregaron al final de las Jornadas, el día 26 de mayo por la tarde, junto con el premio Fesabid, concedido a la Asociación Navarra de Bibliotecarias y Bibliotecarios (ASNABI).
Entrega de los premios a los mejores pósters.
Por la tarde asistí al taller Visualización de datos de bibliotecas y archivos, impartido por Mario Pérez Montoro, que se celebraba de forma paralela a otras actividades. Como dijo Glòria Pérez Salmerón, la intención de estas Jornadas era volver a casa no solo con ideas, sino también con habilidades. Y en este caso lo conseguimos.
Pérez Montoro comenzó explicando algunos conceptos y principios básicos. Según sus palabras, la visualización de datos se define como «una disciplina transversal que se encarga de las representación visual de contenidos proposicionales mediante el uso de diagramas, gráficas y esquemas para facilitar el almacenamiento, la aprehensión, la interpretación, la transformación y la comunicación de esos contenidos a través de esas representaciones visuales.» Además, diferenció claramente este concepto del de infografía, que tiene la intención de narrar, mientras que en la visualización de datos el enfoque está en hacer aflorar patrones.
Una parte interesante del taller estuvo dedicada a la percepción y la visualización y explicó los problemas de visualización cromática que se pueden presentar al utilizar determinados colores que algunas personas no distinguen, como el rojo y el verde. También explicó el principio ratio-tinta, formulado por Edward Tufte en 1983, según el cual la proporción entre la cantidad de tinta empleada para representar los datos dividida por la cantidad de tinta total utilizada en una visualización debe ser igual a 1. Si te apetece saber más sobre estos temas, merece la pena consultar la nota publicada por Pérez-Montoro en el Anuario ThinkEPI 2015, con el título Visualización de la información: entre el impacto estético y la eficacia comunicativa, donde se abordan precisamente estos conceptos.
Pérez Montoro repasó además los tipos de gráficos más habituales para la representación de información cuantitativa y explicó que son preferibles frente a las tablas cuando hay que comparar tendencias, mientras que estas últimas tienen la finalidad de comunicar datos con mucha precisión. En este repaso indicó en qué casos se deben utilizar unos gráficos u otros y algunos puntos concretos a tener en cuenta durante su diseño.
La parte práctica del taller consistió en varios ejercicios prácticos en grupo para aplicar las gráficas expuestas durante la parte teórica. Desde mi punto de vista, este taller resultó muy útil para aquellas personas que tenemos que comunicar datos a través de artículos o informes.
Taller de visualización de datos, impartido por Mario Pérez Montoro.
El 25 de mayo, coincidiendo con el Día del Orgullo Friki, comenzaron en Pamplona unas festivas XV Jornadas Españolas de Información y Documentación (FESABID 2017) bajo el lema Sinergias entre profesionales para la transformación digital. El mensaje que transmitieron es el de una profesión conectada que da el salto para establecer conexión con otros sectores. En consecuencia, el programa incluyó intervenciones de gente de diferentes ámbitos, como la radio y la televisión, el mundo digital o la gastronomía y se notó una mayor presencia de las empresas del sector.
En una serie de posts que comienza con éste dejaré un pequeño resumen de los contenidos compartidos estos días. Pero antes de continuar, y como la palabra sinergia es uno de esos términos de moda de significado difuso a fuerza del mal uso, me gustaría recordar la definición de la RAE:
1. f. Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales.
2. f. Biol. Concurso activo y concertado de varios órganos para realizar una función.
La inauguración contó con Asun Maestro, Directora del Servicio de Bibliotecas del Gobierno de Navarra, como maestra de ceremonias y encargada de lanzar un chupinazo sin pólvora, representado por un cohete de papel con el logo de Fesabid.
Las representantes de las instituciones local y regional destacaron por su cercanía: Ana Herrera Isasi, Consejera de Cultura del Gobierno de Navarra, subrayó el valor de las bibliotecas para la sociedad actual, que ha quedado constatado en el informe publicado en 2016 bajo el título Estudio del Impacto Socioeconómico de las Bibliotecas en la Comunidad Foral de Navarra, según el cual por cada euro invertido en las bibliotecas de esta región se obtiene un retorno de entre 3,49€ y 4,66€. Maitena Muruzabal, directora del Área de Cultura, Política Lingüística, Educación y Deporte del Ayuntamiento de Pamplona, destacó el trabajo de las bibliotecas para adaptarse en un momento de transformación digital y agradeció la labor que llevan a cabo. Además, recordó que los momentos de ocio, los bares y las rutas de pinchos son también espacios de intercambio entre los profesionales.
Concha Vilariño, Subdirectora General de Coordinación Bibliotecaria del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, explicó que el lema de las jornadas sugiere la necesidad de un cambio más profundo en la transformación digital, que va mucho más allá de estar presentes en la web y requiere estar en contacto con los diferentes agentes. Además, habló sobre algunas de las actuaciones que se están llevando a cabo desde la Subdirección, como el nuevo catálogo de puestos de trabajo que modificará los perfiles profesionales de la Administración o el acceso al patrimonio cultural para promover su reutilización.
Finalmente, Glòria Pérez Salmerón, presidenta de Fesabid y presidenta electa de la IFLA, explicó que el logo de Fesabid nos recuerda cómo el aleteo de una mariposa puede transformar el mundo e invitó a las bibliotecarias y bibliotecarios a inventar el futuro de las bibliotecas.
La primera intervención, a cargo de Alfonso Alcántara, más conocido como @yoriento en la web, dejó al público muchas risas, músculos menos tensos tras una breve masaje en grupo, consejos para ligar y algunas frases para la reflexión sobre cómo hacerse una carrera profesional:
Desde mi punto de vista, este es el enfoque de las empresas, pero en la Administración, terreno natural de la mayor parte de las bibliotecas, archivos y museos de este país, las reglas de juego son otras, aunque también es cierto que muchas cuestiones sobre marca se pueden aplicar a nuestras propias bibliotecas.
Los perfiles de profesionales de la información con más presencia en Twitter, según Alfonso Alcántara.
Antes de la pausa del café, Paco Fernández Cuesta abordó el árido terreno de los datos abiertos en la Administración, tema que, en sus palabras «hace referencia a los datos de las instituciones públicas» en condiciones de gratuidad, disponibilidad, accesobilidad e interoperabilidad. Desde su punto de vista, para las bibliotecas se abren nuevos e importantes retos:
Algunas de las recomendaciones que trasladó consistieron en salir más a la calle, lo que significa colaborar y establecer alianzas con sectores como el periodismo, muy interesado en los datos abiertos ante sus grandes posibilidades como fuente de información. También aconsejó desarrollar empatía con la sociedad, de manera que los datos abiertos puedan ser de ayuda en casos sensibles para la sociedad, como el de los niños robados.
Para finalizar, Fernández Cuesta declaró su intención de que no se vea a los datos abiertos «como un nicho de mercado, sino como un espacio natural» para las bibliotecas.
Paco Fernández Cuesta sobre datos abiertos.
Una cuestión de valor
Las bibliotecas y sus profesionales nos encontramos en una situación complicada: no es fácil hacer frente a la adversidad económica y a sus consecuencias (disminución del presupuesto, empobrecimiento de colecciones y servicios, descenso de préstamos y visitas, cierre de bibliotecas, despidos,1) en plena crisis de identidad.
Los ciclos económicos se suceden y las bibliotecas se acompasan a su ritmo. Durante las crisis las políticas culturales sufren, el sentimiento de que las bibliotecas suponen un gasto se acentúa y toca esforzarse en demostrar su valía para minimizar los recortes presupuestarios. Lo peculiar (y preocupante) de la actual crisis es que ha venido acompañada de un argumentario que justifica recortes y cierres aludiendo a la (supuesta) obsolescencia de las bibliotecas en una sociedad digital. En un momento en el que estamos replanteando la esencia de su misión y decidiendo hacia dónde orientar el futuro se cuestiona también algo que dábamos por descontado: su (nuestro) valor social2.
En este contexto de restricción presupuestaria y nuevas necesidades sociales toma gran importancia obtener evidencias rigurosas (la evidencia no avalada con facturas es insuficiente para evitar cuestionamientos) que permitan poner en valor los servicios públicos que se prestan a la ciudadanía. Desde las asociaciones profesionales se han realizado estudios (entre nosotros son conocidos los realizados por Fesabid3, la Diputación de Barcelona4 y el más reciente del Sistema de bibliotecas de Navarra5) que demuestran, ISO 16439 mediante6, que el retorno de inversión7 de las bibliotecas es positivo. Expresar el valor de las bibliotecas en euros (con datos obtenidos gracias a las calculadoras de servicios bibliotecarios creadas ad hoc8,9) y estar respaldados por unos datos positivos (sí, efectivamente, somos inversión) nos dará confianza para negociar los presupuestos aunque (sepamos que) tal vez sea insuficiente para invertir la tendencia.
La biblioteca pública desarrolla sus funciones en ámbitos muy diversos y se configura como un agente comunitario con capacidad para contribuir a la transformación social de su entorno10. Calcular el valor social es todavía una práctica minoritaria y poco homogénea debido a la complejidad de medir una actividad no cuantificable económicamente y vinculada, en gran medida, a la generación de (beneficios sociales) intangibles13. A nosotros (parte implicada) su incidencia en la mejora de la sociedad nos parece evidente e incuestionable (podríamos esgrimir que ayudan a disminuir la brecha digital, a subir los niveles de alfabetización, a facilitar la educación permanente, la inclusión social…11,12) y creemos que es uno de los mejores indicadores del nivel sociocultural de una sociedad.
Gracias al estudio realizado por la Diputación de Barcelona14 disponemos de un marco conceptual sistematizado y útil para evaluar y comunicar el valor social que genera un servicio bibliotecario de acuerdo con una doble perspectiva: beneficios en el individuo (en términos de transformación de sus habilidades y conocimientos) y beneficios en la comunidad (en términos de transformación de la realidad y dinámicas de relación existentes en la sociedad). El estudio, que se ha centrado en cuatro ámbitos (el cultural, el social, el económico y el educativo), identifica 15 beneficios sociales y propone diez puntos sobre cómo incrementar este valor. Muchas de las acciones propuestas ya se realizan cotidianamente lo que significa que la cuestión no es tanto ofrecer nuevos servicios como mejorar la comunicación para dar a conocer y animar a participar.
Sí pero…
En la inauguración del ciclo de mesas redondas “100 Años de Bibliotecas: ¿y ahora qué? Miradas personales” organizadas por el Servicio de Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya se preguntaban si hoy, en esta sociedad que acostumbra a relegar aquello que no puede mercantilizar, se habrían inventado las bibliotecas públicas15. Aunque preocupante, creo que el mayor problema no es de índole económica (afortunadamente las bibliotecas públicas están inventadas y en marcha… ya vendrá el cambio de ciclo) sino de percepción: se reconoce su pasado pero no se les encuentra fácil acomodo en el futuro digital. Las bibliotecas son más queridas que utilizadas y pocos las sitúan en el nuevo escenario de la formación, de la información y del conocimiento16. Estudios y calculadoras nos reconfortan como profesionales, pero ni el ROI que esgrimimos (dato que conviene tomar con un punto de escepticismo)17 ni el demostrado valor social parecen suficientes para eludir su consideración secundaria entre políticos (que la relegan a la hora de competir por financiación con otros servicios básicos18,19) y vecinos (que no encuentran tiempo para frecuentarlas). Si no conseguimos reencontrar (la idea de) su utilidad el cariño no evitará una desafección ciudadana que dificultará recobrar porcentaje presupuestario cuando cambie el ciclo económico y facilitará la toma de medidas drásticas cuando sea necesario20.
El imaginario que reflejamos
Yuval Noah Harari en su obra ¿Por qué los humanos gobiernan la Tierra? argumenta que nos diferenciamos del resto de los animales en que somos capaces de vivir en una doble realidad: la realidad objetiva (el pan que comemos, el suelo que pisamos, la casa que habitamos) y la realidad ficcionada, subjetiva, fruto de nuestras creencias, que nos hace diferentes y explica nuestra hegemonía. La realidad ficcionada existe porque hemos decidido que así sea y será válida mientras esa creencia comunal persista21. La biblioteca son ideas y sentimientos, un intangible que depende de lo que sobre ella se opina. Un ejemplo de realidad ficcionada: las bibliotecas son espacios ordenados y muy silenciosos, en los que se custodian los libros que contienen la información y el conocimiento; otro, derivado del anterior: el desarrollo tecnológico al posibilitar acceder a la información desde cualquier sitio hace de las bibliotecas espacios del pasado carentes de futuro.
Hasta el último tercio del siglo XX era una creencia generalmente aceptada que la lectura era buena en sí misma y que en la preservación de la palabra impresa descansaban los valores básicos de la civilización. Esta preeminencia que se otorgaba a la lectura se fue difuminando a medida que empezábamos a hablar más de la información y sus tecnologías. En las bibliotecas de la sociedad digital los usos innovadores de la tecnología y la aplicación de las teorías de gestión empresarial relegan a los lectores en favor de usuarios y clientes, descuidamos la lectura al intentar satisfacer «necesidades de información». Parece que hemos olvidado que el trabajo y los servicios de la biblioteca van más allá de cualquier tecnología de comunicación particular y que tiene preocupaciones que son más complejas e importantes que el almacenamiento y la difusión de información.
Nuestra actuación profesional, nuestra forma de entender, construir y mostrar la biblioteca en relación a la información y el conocimiento han contribuido a crear este imaginario que antes (con la palabra impresa) beneficiaba y ahora (con internet) perjudica. Para encarar el “no necesito bibliotecas porque tengo toda la información en internet” (que en tiempos de crisis se combina peligrosamente con el “prefiero que destinen mis impuestos a algo más necesario”) necesitamos incorporar una nueva idea de biblioteca al repertorio de elementos esenciales de la ciudadanía, un nuevo imaginario que nos traslade desde el lugar que da acceso a la información (en el que no somos competitivos con los nuevos agentes tecnológicos) hasta el espacio flexible en el que combinamos apuesta social, alfabetización digital, acceso a la información y fomento de la lectura en nuevas formas y soportes.
No existe una receta fácil, única y maravillosa pero de la misma manera que para obtener argumentos fiables y contrastables hemos realizado estudios que demuestran nuestro valor económico y social, que para negar la obsolescencia y proclamar que somos relevantes estamos decididos a forzar nuestro futuro (imaginando cómo nos gustaría que fuera y planificando actuaciones en ese sentido)22 creo que debemos aplicarnos en la construcción/transformación del imaginario. Un imaginario de escala local y larga cola, asequible a nuestra realidad y a nuestras posibilidades, comprensible y cercano para el usuario que nos frecuenta y aprehensible y moldeable por nosotros mismos, verdaderos muñidores de lo que puede llegar a ser (o no) la biblioteca de proximidad que utilizarán nuestros conciudadanos. Y para ello es inevitable preguntarse cuál es la esencia de la biblioteca que queremos transmitir y tener la autoestima para creer que vamos a ser capaces de dejar esa impronta23.
“Cuando no estés de acuerdo con el rumbo de las cosas, recuerda que el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo”. Fesabid nos deseaba un feliz 2017 con este guiño a la teoría del caos24 (a nosotros, amantes del orden y los reglamentos) animando al inconformismo frente a lo cotidiano, a la introspección activa para alterar las inercias cotidianas y, porqué no, a apostar por nuestra actitud para crear una (nueva) realidad bibliotecaria en la sociedad conectada25.
Las bibliotecas en las que la mayoría empezamos a trabajar se parecían a la mía: analógicas, aisladas y autárquicas (por tanto muy vulnerables frente a las crisis), islas pertenecientes a una (sólo nominalmente) red bibliotecaria. No recuerdo cuando el islote dejó de serlo pero sí el origen del cambio: internet. La realidad del cambio que Internet ha supuesto es compleja y, en muchos aspectos, inesperada: la tecnología está cambiando el papel que desempeñan las instituciones y el espacio que tradicionalmente han ocupado; también el concepto sobre lo que es considerado normal en nuestra relación con ellas, las expectativas sobre lo que son, sobre lo que deberían ser. Nuestra propia experiencia en la red como usuarios individuales está modificando la manera en la que nos percibimos como profesionales (nos hemos acostumbrado a que las respuestas se den en tiempo real, a compartir información para difundir ideas o buscar financiación para proyectos, a cierta filosofía basada en una organización más horizontal, de abajo a arriba, no jerárquica) y nos anima a intentar romper el aislamiento y convertir nuestra biblioteca (tal vez sin saberlo) en un nodo receptivo y activo de una red distribuida26. Cobra significado el mensaje de Fesabid, la posibilidad del aleteo en sí mismo; aleteo que se producirá siempre que seamos capaces de asumir y facilitar la interconexión (cooperación, trabajo en red, benchmarking, co-creación) y que ayudará a recuperar la utilidad, a esquivar la supuesta obsolescencia digital.
Absorto (es un decir) intentando explicar qué es la porosidad, levanto la cabeza del mostrador y veo, agrupados frente a la puerta y en espera de una indicación de la profesora para entrar todos juntos, un grupo de escolares. Entran ordenadamente y se distribuyen buscando cada cual el rincón que más le agrada; conocen el espacio y la dinámica de uso gracias a aquella primera visita (concertada) de “descubrimiento” que tuvo su continuidad un par de veces al mes cuando, en función de sus necesidades y sin cita previa, se acercan hasta la biblioteca “en la hora de lengua”. En su momento, intrigados por la asiduidad de sus visitas, preguntamos a la profesora el porqué; nos comentó que, simplemente, porque consideraban que la biblioteca era un lugar ideal: está relativamente cerca (el traslado en sí es contemplado como parte del aprendizaje), tiene un fondo bien seleccionado con el que no pueden ni soñar en su centro escolar, el espacio es muy agradable, el resto de usuarios no ponen malas caras ni quejas airadas 28 y l@s bibliotecari@s se muestran receptivos (dejan hacer)… Ser como somos, nuestra forma de entender, construir y mostrar la biblioteca hace de esta un recurso valioso para el centro escolar (que lo ha integrado en su curricula) y un lugar “no obligado” e incluso lúdico para ese grupo de chavales, muchos de los cuales se acercan de vez en cuando a pasar la tarde. Ser “porosos” (disminuir las barreras entre la institución y los usuarios; hacer de la biblioteca un espacio utilizable) es la condición previa a cualquier tipo de colaboración con otros agentes, depende de uno mismo y es aplicable a todo tipo de biblioteca independientemente de sus recursos y posibilidades económicas. Y si bien no ha impedido un nuevo recorte presupuestario (ay, la economía) sí nos permite ofrecer una imagen más fresca y que una parte de nuestra comunidad nos reencuentre la utilidad… que no es poco.
1 En España el número de bibliotecas ha dejado de crecer desde 2010, provocando un envejecimiento de las colecciones. Además, entre 2009 y 2014, el gasto en adquisiciones ha descendido de 1,50 euros a 56 céntimos por habitante. Debido a esto, a pesar de que se ha producido un incremento en el número de inscritos en las bibliotecas, han descendido también los préstamos y las visitas. http://anatomiadelaedicion.com/2017/01/panorama-de-la-lectura-en-espana-informe-fgee-2017/
2 La digitalización de la cultura desborda la lógica de los equipamientos culturales tradicionales y las bibliotecas públicas se enfrentan a la caducidad de buena parte de sus principios https://ddd.uab.cat/pub/caplli/2015/163522/biblioteca.pdf
3 Estudio FESABID: El valor económico y social de los servicios de información: Bibliotecas. http://www.fesabid.org/repositorio/federacion/estudio-fesabid-el-valor-economico-y-social-de-los-servicios-de-informacion-b
4 El retorno a la inversión de la Red de Bibliotecas Municipales de la provincia de Barcelona (2007-2011) http://www.diba.cat/documents/16060163/22275360/ROI_edicio_web_castellano.pdf/1f863db6-db0a-4cf6-af69-d7675cddd2c4
6 La ISO 16439 expone cómo debe medirse el impacto económico de las bibliotecas http://www.iso.org/iso/catalogue_detail.htm?csnumber=56756
7 El ROI en bibliotecas está entre 2,80€ y 3,83€, por euro invertido. http://www.fesabid.org/federacion/noticia/el-estudio-realizado-por-fesabid-demuestra-el-valor-que-las-bibliotecas-aportan-a
10 Huysmans, Frank; Oomes, Marjolein. «Measuring the public library’s societal value: a methodological research program». En:World Library and Information Congress: 78th IFLA General Conference and Assembly. Helsinki: IFLA, 2012. 14 p.
http://conference.ifla.org/past-wlic/2012/76-huysmans-en.pdf
11 Gómez-Hernández, José-Antonio; Hernández-Pedreño, Manuel; Romero-Sánchez, Eduardo (2017). “Empoderamiento social y digital de los usuarios en riesgo de exclusión de la Biblioteca Regional de Murcia, España”. El profesional de la información, v. 26, n. 1, pp. 20-32. http://recyt.fecyt.es/index.php/EPI/article/view/5469
12 De nuevo, una imagen que muestra cómo la biblioteca ayuda a dismunuir la brecha digital es un factor que incrementa la vulnerabilidad porque la carencia de acceso y de competencia limita o excluye el conocimiento, la comunicación, las relaciones, el trabajo o el ejercicio de derechos “Yo, Daniel Blake” (Ken Loach, 2016) https://vimeo.com/188997363.
13 Berryman, Jennifer. Sustaining Communities: Measuring the Value of Public Libraries.Sídney: State Library of NSW for the Public Library Network Research Comité, 2005. 41 p.
https://www.sl.nsw.gov.au/sites/default/files/sustaining_communities.pdf
14 TOGORES, Rosa, El valor de las bibliotecas públicas en la sociedad: El caso de la Red de Bibliotecas Municipales, Barcelona: Diputación de Barcelona, 2014
16 Los expertos del sector de la información y las nuevas tecnologías que contribuyeron en el análisis del informe de Tendencias de la IFLA no encuentran a biblioteca y bibliotecari@s como agentes clave en las tendencias de futuro relacionadas con el acceso a la información, la educación en línea, la nueva economía de la información… http://trends.ifla.org/
17 Si desconfíamos de las estimaciones que se hacen cuando hablan del monto de, por ejemplo, la piratería digital cómo no hacerlo de las que realizamos sobre el valor económico de nuestros servicios.
18 ¿Cómo explicar que con un retorno de 5£ por cada 1£ invertida en UK no cesen las noticias del cierre de bibliotecas? http://www.bl.uk/aboutus/stratpolprog/increasingvalue/index.html
19 Libraries lose a quarter of staff as hundreds close http://www.bbc.com/news/uk-england-35707956
20 los recortes y cierres asumidos como indoloros en términos políticos durante una crisis se agravarán cuando la situación sea más crítica, como decidir qué equipamientos deben ser reconstruidos tras una catástrofe… http://www.makaia.org/index.shtml?apc=t1-48—&x=1304
21 Yuval Noah Harari ¿Por qué los humanos gobiernan la Tierra?
https://www.ted.com/talks/yuval_noah_harari_what_explains_the_rise_of_humans?language=es
23 A menudo los modelos de biblioteca de futuro que nos proponemos en Jornadas y Congresos profesionales están tan alejados de nuestra realidad cotidiana que resultan poco creíbles e irrealizables y más que animar desaniman.
26 No estoy pensando en la red bibliotecaria administrativa aunque pueda tener alguna intersección.
28 “El silencio es un servicio que esta biblioteca ofrece pero no garantiza” https://biblioblog.org/2009/09/24/descatalogando/
Dada la poca imaginación de esta biblioteca (la mala praxis siempre en primera persona del singular, que somos muy susceptibles…) acostumbramos a martirizar a nuestros lectores con la mismas historias: las novedades, guías de lectura, algunos eventos especiales…; el pdf está muy bien para los folletos en papel pero cuando lo que queremos es que nos hagan caso desde un teléfono móvil (qué menos ahora que nos hemos lanzado a la conquista de las redes sociales) lo que enviamos desanima a cualquiera (sí, confieso, decidí escribir esto cuando en la pantalla del móvil me topé, una vez más, con un tuit bibliotecario que enlazaba a un pdf incrustado en Issuu).
Hay muchas herramientas que nos ayudan a soventar ese problema. Hasta que dejó de existir nos gustaba utilizar Storehouse porque permitía combinar texto, fotos y vídeos de una manera muy sencilla y con un resultado visual muy llamativo; también porque no exigía del lector darse de alta ni descargarse ninguna aplicación para ser consultada -algo sobre lo que ya reflexionó @narroyo -. Su defunción en julio de 2016 nos dejó huérfanos.
Hemos aprovechado las navidades para buscar sustitutos y hemos encontrado dos posibles candidatos.
Ambas son muy fáciles de usar y (muy importante) se adaptan a todo tipo de pantallas. Otra herramienta que nos parece muy aprovechable es Storify. Dice @jguallar en Curación de contenidos en bibliotecas mediante plataformas social media:
“Roda”. Joan Brossa —1969-1989 Poema-objeto 114 x 114 x 30 cm Colección MACBA. Consorcio MACBA. Fondo Joan Brossa. Depósito Fundación Joan Brossa
Moraleja: Ya sabemos que no somos originales ni en lo que contamos ni en el uso de la tecnología pero no es necesario descubrir la rueda todos los días, a veces es sufuciente con hacerla rodar de vez en cuando…
Aprender a mirar, enseñar a mirar (I)
¿Qué es la biblioteca? Pigmentos y trazos
La naturaleza cambiante de los documentos (tablillas, papiros, pergaminos, papel, bytes) y sus condiciones de acceso condicionan nuestro concepto de biblioteca, bibliotecario y usuario. Con la digitalización el documento pierde el soporte y estas definiciones la consistencia; colección, usuario y bibliotecario adquieren un significado diferente que nos hacen cuestionar lo que es y debe ser la biblioteca y cuál será nuestro papel. Recurrir a la biblioteca porque es el lugar donde se encuentran los libros (todavía nuestro mayor activo) se agota; conseguir que los ciudadanos nos sigan considerando opción para obtener información es cada vez más complicado y no creo que estemos en disposición de transformarnos en un “makerspace” sin libros de la noche a la mañana. ¿Dónde se encuentra la esencia de la biblioteca que queremos ofrecer?, ¿tenemos que rellenar con tecnología los huecos dejados por los libros que no vamos a comprar?, ¿seguirá siendo la lectura nuestro eje vertebrador?, ¿hacia dónde debemos dirigir la mirada ahora que el libro parece no tan importante?
Nos gusta imaginar las futuras bibliotecas como espacios dinámicos y abiertos, transitados por personas que utilizarán la tecnología para aprender, hacer y enseñar. A mi también, y creo que estará a nuestro alcance si apostamos por abandonar nuestra zona de confort para superar dinámicas consideradas consustanciales. Y a veces no será fácil:
Queja sobre el funcionamiento de la biblioteca enviada al ayuntamiento de Muskiz y contestación a la misma.
“Buenos días! En el día de ayer 17/05/2016 me encontraba junto a otras personas en la biblioteca y llegaron unos chavales montando bastante jaleo. Le dijimos a la encargada de la biblioteca que por favor les dijera algo ya que en una biblioteca una de las normas es estar en silencio y más que nada por respeto a las personas que allí nos encontrábamos. La respuesta que nos dió fue inaudita: que si necesitábamos silencio nos fuéramos al aula de estudio que hay habilitada al lado. Por supuesto abandonamos la biblioteca varias personas, pero no es justo que las personas que cumplimos las normas seamos las que tengamos que abandonarla porque los responsables no hagan su trabajo.
Un saludo”
“Hola A, muchas gracias por hacernos llegar tu queja.
Los espacios bibliotecarios son, hoy en día y por méritos propios, unos de los principales espacios comunitarios de las sociedades contemporáneas. Esta socialización basada en la igualdad de acceso a los recursos de información y de conocimiento ha permitido incorporar nuevos perfiles de usuarios y también nuevas formas de usar, entender e interactuar con la biblioteca. Estas nuevas formas de uso de la biblioteca han añadido a las mismas una nueva variable: la gestión del ruido. El silencio es un servicio que la biblioteca ofrece pero no garantiza.
La biblioteca de Muskiz es un espacio al que a diario acuden muchas personas y los responsables intentan dar el mejor servicio conciliando todas las necesidades: hay personas que necesitan estudiar, otras conectarse a internet, muchos niños vienen al club de lectura, adultos a por libros…la variedad de tareas a realizar por el personal de la biblioteca es muy variada, entre ellas mantener el orden. Conseguir un equilibrio que satisfaga a todos es difícil.
En esta biblioteca no hay ninguna norma sobre la obligatoriedad de estar en silencio pero, sabedores de su importancia para el estudio y la lectura, tenemos una sala de estudio en la que, ahí sí, hay que respetar el silencio.
Ayer por la tarde pasaron por la biblioteca 75 personas, sobre las 17:00 habría unas 40, y en ningún momento hubo «jaleo» aunque sí ruido. Al ver que empezaba a haber muchas personas usando nuestros servicios nos limitamos a recordar a los usuarios que necesitaban silencio que tenían a su disposición la sala de estudio.
Atentamente
Fernando Juárez. Bibliotecario»
Los automatismos delatan que seguimos muy condicionados por cómo hemos interiorizado lo que debía ser una biblioteca. Los profesionales nos sentimos cómodos en el tradicional y poco conflictivo ecosistema colección-estudio-silencio, nos sigue preocupando más la integridad y la salvaguarda patrimonial que la difusión (estoy pensando, por ejemplo, en las políticas de préstamo con sus multas y sanciones); los usuarios nos siguen viendo como suministradores de libros, de información (… aunque pueden recurrir a agentes tecnológicos que están mejor preparados para suministrar datos) y de un espacio de silencio. No creo que consideren (consideremos) que su papel en la biblioteca vaya más allá de usar el wifi, sentarse y pedir un libro.
Si nuestra propuesta se estanca en el monocultivo libro-estudio-silencio el uso de la biblioteca será muy estacional, perderá la atención de los usuarios y nuestro papel profesional será irrelevante/prescindible. Para el futuro imaginado necesitaremos superar estereotipos, alterar inercias y evitar perdernos buscando altamiras tecnológicas* (tan inalcanzables para la mayoría de las bibliotecas en el entorno digital como anteriormente en el analógico). Por eso me gusta la idea de bibliotecas como espacios demandados (y financiados) por la comunidad, acondicionados, administrados y orientados por bibliotecarios y dedicados a la creación de conocimiento para mejorar la vida de la comunidad a la que sirven que nos propone David Lankes. Me gusta por el protagonismo que concede a las personas (profesionales y usuarios), por la confianza que muestra en nuestras posibilidades. Bajo su punto de vista las colecciones (o la tecnología) no son la finalidad sino la herramienta para conseguir un propósito superior: mejorar la sociedad a través de la creación de conocimiento. Y apunta hacia dónde dirigir la mirada: “no estamos en el negocio de la información; estamos en el negocio del conocimiento lo cual nos sitúa en el negocio de la conversación”.
Conformar y organizar una rica y variada colección, crear servicios de búsqueda y referencia, asesorar a los lectores, facilitar el acceso a recursos, proporcionar un ambiente adecuado y seguro, motivar a las personas… son acciones al alcance de todo tipo de bibliotecas que nos permiten aprovechar las inercias de nuestro pasado-presente (con las que nos sentimos cómodos) para facilitar esa creación de conocimiento que hará que nuestras comunidades estén mejor preparadas. Francamente, lo de crear conocimiento me parece un poco pretencioso pero sí que podemos mejorar la comunicación con nuestros usuarios y propiciar un ambiente distendido que facilite esa conversación que tal vez se convierta en el germen del conocimiento. La receta: alterar las inercias y aprender-enseñar a mirar la biblioteca de otro modo.
Alterar las inercias
Cuando empecé a trabajar en la de mi pueblo sabía qué caracterizaba una buena biblioteca y buscaba ofrecérsela a mis usuarios. Consideraba, como la mayoría que nunca se ha acercado a una, que era un combinado de libros (muchos, buenos y variados) y (extremo) silencio para propiciar el estudio, la lectura y la reflexión. Aunque construir una gran colección se escapaba de nuestro presupuesto sí podíamos (y debíamos) al menos salvaguardar el silencio. Y, ya es mala suerte, nuestra biblioteca tenía una puerta con una ventana de cristal por la que se asomaban a curiosear los que acudían a otros servicios de la casa de cultura. Me molestaba sobremanera que, tras el fisgoneo, los más osados entrasen a saludar a algún conocido o incluso a mí, ¡el bibliotecario!… Mi primera decisión profesional importante fue ordenar cambiar la puerta.
La puerta es la primera toma de contacto que proponemos y condiciona nuestra comunicación. Si es opaca aísla, encapsula el espacio, no invita a entrar a quien no tenga algo concreto que hacer dentro. La disposición del espacio, el mobiliario, la señalización también anticipan qué podemos esperar y cómo debemos comportarnos. En nuestra biblioteca nada invitaba a entablar una conversación que no veíamos necesaria; quien traspasaba la puerta susurraba para no alterar el silencio. Esa era la realidad ajustada a cómo entendíamos y definíamos la biblioteca.
Internet nos ha cambiado. Empezamos a vislumbrar que tal vez exista una biblioteca sin papel pero no sin personas. La colección, sea de la naturaleza que sea, sigue siendo nuestro mayor activo y ,tal y como la entendemos ahora, para mejorarla necesitamos ser visibles y animar a participar por muy ruidoso que sea. Tras veinte años buscando y forzando el recogimiento lo primero que hicimos al reformar la biblioteca fue cambiar la puerta por una totalmente diáfana, de cristal. El cristal nos hace más transparentes, ensancha el espacio, anima a entrar, invita a conversar. Esa es la realidad ajustada a cómo entendemos y defendemos ahora la biblioteca.
Aprender a mirar, enseñar a mirar
¿Qué pensamos de alguien que acude a la biblioteca? La mayoría convendremos en que necesita algo que la biblioteca (nosotros) le puede ofrecer y creo que estamos en lo cierto (probablemente los usuarios tendrán una opinión parecida). Sin embargo, esa manera de mirar y entender lo que sucede (el usuario pide, nosotros damos) condiciona los roles (nos otorga un mando en plaza que acentúa la pasividad del usuario), encorseta los servicios y nos sitúa en un plano divergente al futuro imaginado.
Hemos comentado que la naturaleza cambiante de los documentos condiciona nuestro concepto de biblioteca, bibliotecario y usuario. ¿Y si nos planteásemos, dada esa naturaleza cambiante, que quien viene a la biblioteca es un potencial documento que podría enriquecer la colección? Quien necesita información implícitamente nos está diciendo que ese tema por el que pregunta le interesa, que quiere/necesita aprender más y que, probablemente, pueda tener cierto dominio sobre él. ¿Cómo sabremos si quien viene a pedir nos puede dar?, ¿cómo hacemos saber al usuario que tiene un conocimiento que nos interesa? Actuando como los arqueólogos con los espeleólogos: enseñando a nuestros usuarios esta nueva manera de entender su protagonismo en la biblioteca, diciéndoselo con hechos. Nos ayudará ser menos estrictos con el silencio, ser proactivos preguntando, pidiendo la opinión, animando a que las personas que acudan a la biblioteca crucen palabras, se conozcan. La conversación (formal o informal, presencial o virtual) es una actividad gratificante que crea un clima de complicidad que animará a compartir ideas, pedir ayuda, y , porqué no, a crear nuevos contenidos.
Replantear la comunicación, actualizar lo que hasta ahora entendíamos como “puntos de contacto” (el edificio en horario determinado), reconsiderar jerarquías, crear el entorno adecuado para posibilitar múltiples conversaciones (profesional-usuario, profesional-profesional, usuario-usuario) es lo que diferenciará una biblioteca suministradora de información, inviable en la sociedad conectada, de una biblioteca que aspira a mejorar la comunidad. Nuestra actitud mostrará este cambio en el modo de entender y hacer. Lo de la creación de conocimiento, si tiene que llegar, ya llegará.
Este escrito recoge a grandes rasgos las ideas que quise transmitir durante mi intervención en las Jornadas Transferencias II (Madrid, 11 y el 12 de marzo de 2016) y acaba de ser publicado en el Boletín de ANABAD.
* “si ha lugar redefinir la biblioteca para el futuro, cosa que ciertamente tiene sentido hacer, no ha de ser a partir de un nuevo marco tecnológico sino, de un marco sociológico, e incluso me atrevería a decir antropológico.Olvidemos los soportes documentales y preguntémonos qué necesidades cubría y qué necesidades debe cubrir la biblioteca” Anglada, Lluís . Rellenando espacios: las bibliotecas como tejido conector en una sociedad densa = Filling in spaces: libraries as connecting tissue in a dense society., 2016 In: Bibliotecas 2029 : Documentos de las Jornadas «Bibliotecas 2029». Murcia: ANABAD, pp. 79-83. [Book chapter] [fecha de acceso 17 Junio 2016]
Nota de @jserranomz: Este post está redactado en catalán y castellano. Para intentar contextualizar la razón de esta entrada, si no estas al día del tema recomiendo previamente leer previamente este par de enlaces:
Quin cap de setmana tant mogut dins la nostra professió. Des de divendres les xarxes van plenes sobre la resolució del concurs per cobrir la plaça del màxim responsable del sistema de lectura pública de Catalunya.
I em sorprèn la decisió final on ha primat la certificació del nivell de domini de la llengua materna per part dels candidats al càrrec. I dic sorprèn perquè conec els dos candidats i amb es dos hi he parlat, intercanviat correus o algun Wathasapp en la nostra llengua comuna i no he vist un “fet diferencial” on un dels candidats parlés o entengués el català mes que l’altre o en tot cas no m’ha fet falta passar a una segona llengua o requerir de traductor com fan alguns dels polítics que validen les pautes d’aquests concursos.
Font: La Carronya del Tercer. Blog d’Adrià Pujol Cruells
Digueu-me “tonto”, però les dues persones han començat la seva carrera professional des dels taulells d’una biblioteca fins arribar a aquest “play off” final de màxima responsabilitat. En algun moment van demostrar o certificar el coneixement de la llengua del país, Encara cal mes?. Crec que a aquestes alçades el coneixement de la llengua “se le supone” als candidats, i que el valor sigui 2 i 0 quan les puntuacions van tan ajustades fa mala olor . Dit d’una altre manera: Un dels dos candidats no té ni idea de la nostra llengua? Vinga senyors, que tenen una trajectòria professional prou demostrada.
Però el pitjor no es aquest coneixement (que “se les supone”) sinó que aquest sigui l’element determinant per adjudicar la responsabilitat a un o altre candidat per sobre d’altres mèrits com la trajectòria professional, la memòria del projecte o bé altres factors vinculats a les responsabilitats del càrrec.
I trenco la llança per la Carme Fenoll que ja ocupava aquest càrrec des de 2012, Tota la tasca feta durant aquests anys no ha estat suficient per demostrar la seva vàlua? … Ah no! que no pot certificar que domina la seva llengua materna i no es pot garantir que les reunions amb el Serrano i els participants en el projecte de LABObiblioteques siguin entenedores. Ejem! Carme a les properes reunions si no es fa justícia, activarem el Google Translator per si no “pillem” les aportacions del Servei de Biblioteques de la Generalitat.
En tot cas i els meus col·legues de bloc hi estan d’acord: el “desllorigador” (toma! aquesta de certificat D++ de català) d’aquesta puntuació tant ajustada, té que ser la feina feta, que a més d’exemplar ha estat amb humilitat, empatia i amb projectes i resultats que podem visualitzar.
Es vergonyós que gràcies a decisions amb “tuf” polític, el nostre “futur país” renunciï a una gran professional que com ja s’ha comentat en altres espais es ben vista per tots els sectors de la cultura.
I més lamentable es que a Catalunya, tinguem aquests tics poc trasparents (creia que «lo estábamos dejando»). Vaja, jo tenia entès que volíem superar-los. Senyors (que no amics) del Govern de la Generalitat de Catalunya: resolguin amb dignitat aquesta injustícia. L’encàrrec que us va fer el poble de Catalunya no inclou aquest tipus de “tupinades” (aquesta es de Certificat D++ extreme). Si no ho entenen, servidor baixa del carro, que sempre lis puc donar la culpa als de l’altre costat.
Es probable que algun lector per un extrem o altre s’emprenyin ….. sincerament, “m’importa un pitu” (vaja aquesta m’ha sortit de certificat A– de català).
En tot cas tot el nostre suport a la Carme per part dels que fem aquest bloc.
Un fin de semana muy movido para la profesión. Desde el viernes las redes sociales arden respecto a la resolución de un concurso para cubrir la plaza del máximo responsable del Sistema de Lectura Pública de Catalunya.
Y me sorprende la decisión final, donde ha primado la certificación del nivel de dominio de la lengua materna por parte de los candidatos al cargo. Y digo que me sorprende porque conozco a los dos candidatos y con los dos he hablado, intercambiado correos o algún Wathasapp en nuestra lengua común y no he visto un «hecho diferencial» en donde uno de los candidatos hablara o entendiera el catalán más que el otro o en todo caso no hace falta pasar a una segunda lengua o requerir de traductor como necesitan algunos de los políticos que validan las pautas de estos concursos.
Fuente: La Carronya del Tercer. Blog d’Adrià Pujol Cruells
Llamadme «tonto», pero las dos personas empezaron su carrera profesional desde abajo, en los mostradores de una biblioteca hasta llegar a este «play off» final de máxima responsabilidad, Vaya, que en algún momento demostraron o certificar el conocimiento de la lengua del país, ¿O deben demostrarlo aún mas?. Creo que a estas alturas el conocimiento de la lengua ya «se les supone», y que el valor sea 2 y 0 cuando las puntuaciones van tan ajustadas huele algo mal. Dicho de otro modo: ¿Es que uno de los dos candidatos no tiene ni idea de nuestra lengua? Vamos señores, que tienen una trayectoria profesional suficientemente demostrada.
Pero lo peor no es este conocimiento (que «se les supone») sino que este sea el elemento determinante para adjudicar la responsabilidad a uno u otro candidato por encima de otros méritos como la trayectoria profesional, la memoria del proyecto o bien otros factores vinculados a las responsabilidades del cargo.
Y rompo la lanza por Carme Fenoll que ya ocupaba este cargo desde 2012, ¿Toda la labor realizada durante estos años no ha sido suficiente para demostrar su valía? … ¡Ah no! que no puede certificar que domina su lengua materna y no se puede garantizar que las reuniones con el Serrano y los participantes en el proyecto de LABObiblioteques se puedan entender. ¡Ejem! Carme, en las próximas reuniones si no se hace justicia, activaremos el Google Translator por si no «pillamos» las aportaciones del Servei de Biblioteques de la Generalitat.
En todo caso y mis colegas de blog están de acuerdo: el «desatascador” en esta puntuación tan ajustada tiene que ser el trabajo realizado, que además de ejemplar ha sido con humildad, empatía y con proyectos y resultados que todos podemos visualizar.
Es vergonzoso que gracias a decisiones con «olor» político, nuestro «futuro país» renuncie a una gran profesional que como ya se ha ido comentando en otros espacios es bien vista por todos los sectores de la cultura.
Y es más lamentable, que en Catalunya tengamos estos tics poco transparentes (tenía la impresión de que «lo estábamos dejando»). Servidor tenía entendido que queríamos superarlos. Señores (que no amigos) del Govern de la Generalitat de Catalunya: resuelvan con dignidad esta injusticia. El encargo que os ha hecho el pueblo de Catalunya no incluye este tipo de «pucherazos». Si no lo entienden, servidor se baja del carro, que siempre les puedo echar la culpa a los del otro lado.
Es probable que algún lector por un extremo u otro se enfade ….. sinceramente, «me importa un pito».
En todo caso, todo nuestro apoyo a Carme por parte de los que hacemos este blog.