
Al grano: entiendo el ejercicio de la profesión desde la creencia de que es vital en la construcción de una ciudadanía libre. Y en periodos de crisis y cambio como el que estamos afrontando creo que este principio solo es defendible desde una postura intransigente con todo aquello que cercene lo público y desde la asunción de que somos fundamentales en la recuperación económica.
Chovinismo: “Bibliotecas y bibliotecari@s somos piezas claves en nuestras comunidades y de nosotros dependerá en gran medida la adaptación de nuestras estructuras analógicas a un entorno web que posibilite la existencia de una ciudadanía preparada para los retos del nuevo entorno socioeconómico”. No entender nuestro trabajo desde este empoderamiento significa negociar nuestro presente a la baja; del futuro ni hablo…
Talibán: “Experimentaré y aplicaré la tecnología desde una decidida defensa de lo público. Apostaré por contenidos, formatos y dispositivos abiertos y reutilizables que no discriminen a nadie por razones económicas o sociales”. Experimentar con la tecnología ayuda a quitar miedos e intuir caminos y podemos hacerlo compaginando los modelos de negocio de las empresas con una decidida defensa de los intereses de la ciudadanía.
La internet de la nueva década se perfila social, semántica, móvil y, si no lo remediamos, excesivamente mercantilista, vigilada y cerrada. Nuestras actividades socioeconómicas dependen cada vez más de la red: negocio, administración, ocio, cultura, educación…quien no lo entienda no podrá ser ciudadano de pleno derecho. Los agentes culturales debemos conocer las nuevas herramientas tecnológicas y saber usarlas. No debemos incidir tanto en lo que la tecnología permite hacer como en lo que nosotros podemos hacer con ella y cómo queremos hacerlo. Y de como lo hagamos dependerá la naturaleza de la red y sus reglas de juego.
Compartir![]()